Por el canto de un duro

Los habituales sabéis, pues ya se encargó Jezabel de decirlo, que este viernes tuve un accidente de tráfico. También sabéis los resultados y tal, ya fuese porque me llamarais o porque leyerais el blog de Jez (nunca dejeis de pasar por él. Merece mucho la pena).

Bueno, pues lo que no sabéis es el estado en el que quedó mi estupendo Xantia HDi, al que echaré mucho de menos (sigh...) aunque me dejara tirado y mi primera reacción (bueno, la segunda, que la primera fue tocarme para asegurarme de seguir entero) fuese darle de patadas.

Os dejo con una serie de fotos echas justo depsués de que la grúa nos dejara, a mí y al coche, enfrente de la puerta del taller (cuyos dueños son ya como de la familia):

Desde el lado derecho, el del copiloto.


Desde el lado izquierdo, el del conductor. En el que iba yo.


De frente, para que veáis la escabechina.


De más cerca. Atención a la rueda...

¿Os podéis creer que salí por mi propio pie? Llevo tres accidentes. En los tres salí ileso. En dos de ellos el coche que conducía fue declarado siniestro total.
  • Primer accidente. Hace unos 5 años:
En el primero iba yo en mi R-21 Turbo Diesel, camino de Valladolid desde Salamanca, por la autovía. Dos guardias civiles estacionados en el arcén, cerca de Alaejos, me dieron la señal de parada. El típico control de drogas y/o armas. Me han parado tantas veces que ya me conozco a casi todos los agentes de la Benemérita de la zona. Me puse en al arcén, reduje marcha, pisé el freno. El coche no frenó. Pisé el freno. La técnica de "vuelve a intentarlo" no funcionó. Con el coche patrulla a diez metros y yo a casi 90 Km/h, sólo se me ocurrió tirar del freno de mano. Esquivé el coche patrulla, encaminándome hacia el centro de la calzada. Los agentes, que no eran idiotas, se tiraron hacia la mediana. Ninguno de los dos llegó. Mi coche hizo un trompo y uno de los agentes saltó por encima del capó y al otro le di con el culo del coche justo cuando conseguía detenerme. Los guardias civiles se levantaron y me apuntaron con sus ameralladoras... Ehhh, no. Salí del coche acojonado (realmente muy acojonado) y ayudé a levantarse a los agentes. Se sacudieron el polvo y me preguntaron, muy amablemente, si el coche me había fallado. Uno de ellos se montó en mi coche y lo apartó del medio de la autovía (que menos mal, pensé yo después, que no venía ningún camión, que en ese caso no lo contamos ninguno). 30 minutos después vinieron los de atestados, dieron parte, a uno de los agentes atropellados le llevaron a que le dieran un par d epuntos, pues al golpear el suelo se había echo una brecha, yo me fumé casi el paquete de cigarrillos entero. Comprobaron el coche y, tal y cókmo os imaginábais, lo encontraron poseído por el espíritu de un maqui del año 40 que... digoooo, que le habían fallado los frenos. Ahora respondían más o menos bien, así que me dejaron marchar.
Diez kilómetros después el motor decidió que ya había vivido bastante y decidió autodestruírse. Hizo pum y me quedé allí, con una biela de la mano, tirado a mitad de camino entre Pucela y Charrolandia...
El coche fue arreglado (no costó mucho...) por los mecánicos de nuestro taller (sí, los que son como de la familia).
  • Segundo accidente. Hace 2 años y medio:
Estaba yo por Salamanca, justo había cogido el coche, el mismo R-21 de antes con motor nuevo y tal, que tenía aparcado cerca de la Estación de Autobuses. Eran las 3 de la tarde. Como todo el mundo sabe, ésa es la hora en la que las madres van a buscar a los niños al colegio. Pues bien, una de esas madres no sólo recogió a sus niños del colegio, sino que también se llevó el eje delantero de mi coche.
La lista se saltó un "ceda el paso", uno que hay justo cien metros de donde yo tenía el coche aparcado. Me dio por la derecha. Ella iba en un Opel Kadett. Como todos sabréis, ese coche es como un tanque. Su coche se dio de frente justo en mi rueda delantera derecha. A ella se le abolló el parachoques. A mí me destrozó el eje delantero. Los amables técnicos de la agencia de seguros de la $%&# señora lo declararon siniestro total ("El coche es viejo, ya no hacen piezas, no merece la pena arreglarlo..."). Adiós R-21, adiós.
Las agencias de seguros respectivas llegaron a un acuerdo: me darían menos de 3000 euros por un coche que antes del accidente estaba perfectamente. Odio a la gente que se lucra con las desgracias de los demás. Sobre todo porque me jodieron a base de bien, y a la señora nada.
  • Tercer accidente. Hace 3 días:
Ya lo sabéis. Otro siniestro total. Tengo la suerte del enano. Resultado: todos mis horarios, calculados al segundo, a la mierda. A ver cómo me las arreglo.
Aunque no hay mal que por bien no venga: ahora tendré que andar, así que por fin adelgazaré...

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7 errantes soñaron:

Mumofarma dijo...

Has tenido mucha mucha suerte sí.
El R-21 era un encanto, yo tenía uno (...mi padre), mi primer coche, parecía yo un duende encima de un supercoche. El R-21 tambien es un tanque, jeje, al menos comparado con el ibiza que llevo que es una cascara de nuez.
Me alegro de que todo saliera bien, después de leer el blog de Jezabel y hasta que no dijo que estabas bien, estaba preocupada por los dos.
Un saludo

Anónimo dijo...

Me alegro mucho de que estés bien, menudo susto. A este paso vamos a poder decir que tienes más vidas que Esperanza Aguirre, pero yo que tú dejaría de intentar demostrarlo, en serio, yo me lo creo :-P

Jezabel dijo...

El susto que me has dado, subnormal. Si no fuera porque te quiero te daría una paliza.

Mahs dijo...

Me alegro de que estés bien y de nuevo escribiendo y entreteniéndonos a los demás.

Por el comentario de Jezabel, corres más peligro dándole sustos a ella que teniendo accidentes. Qué miedo...

Un abrazo, Rad!

Radagast dijo...

Gracias, chicos.

Anónimo dijo...

Jezabel, la paliza se la puedes dar igual. Ahora incluso con más facilidad, que con la ostia que se ha metido el pobre estará más blandito.
Machote, en dios no sé, pero en la suerte ya puedes creer, ya.

Jezabel dijo...

Para que Radagast esté más blandito tendría que estar hecho de chicle.