Compras, compras, compras...

La vida está llena de absurdos.
Uno de ellos está teniendo lugar en estos momentos: la Navidad.
Calles colapsadas de tráfico, gente de un lado para otro cargada de paquetes, colas kilométricas en las carnicerías y pescaderías, los mismos villancicos machacones en todas partes...

Y yo me pregunto: ¿Sólo se hacen regalos y se desea buena fortuna en estas fechas?
Y me respondo: Sí. El resto del año todo son malas caras y sálvese el que pueda. Pero ahora la gente sonríe, ríe y canta como nunca. La generosidad se desborda, las familias se reencuentran y los niños son felices porque les va a traer regalos un tipo gordo y barbudo que, según los de Coca-Cola, va vestido de rojo. Si la hipocresía fuera un negocio, en diciembre hacía su agosto.

Pero hoy me voy a tragar un poco mi modo de pensar y seré también algo hipócrita.

Así que hala: ¡Feliz Navidad!

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1 errantes soñaron:

Anónimo dijo...

Sería cuestión de hacer un estudio sobre lo siguiente: Imaginemos que a lo largo del año me dicen buenos días unas 1.000 veces (cifra hipotética). Pues bien, en estos días me dicen "Feliz Navidad" o "Feliz Año" unas 5.000 veces. ¡Y creo que es la misma gente de todo el año!. Así que el empacho de gilipollez colectiva me exaspera de tal modo que el único encanto que le encuentro a las fisestas navideñas es que pasan, que después de ellas los días alargan, que casi estamos ya en primavera (en pocos días lo anunciará El Corte Inglés), que llega el verano, ¡bendito verano!, donde cada uno se va de vacaciones allá donde quiere, con quien quiere, y no tiene que soportar que gente a la que conoces de "refilón" te felicite las fiestas. Uf.
Pero no seré yo quien haga mala sangre y, como tú, le deseo (en general) a todo el mundo unas felices navidades (más que nada para que no digan que soy un "tio vinagre")...
Pero mi pensamiento estará siempre aquí: http://www.espacioblog.com/paco
Saludos.