Con tu pan te lo comas

Las relaciones humanas son muy complejas, para qué negarlo. Siendo seres básicamente aislados de lo que nos rodea, sólo podemos fiarnos de nuestros cinco sentidos para recibir información. Y, desde luego, tampoco es que éstos nos den una información veraz y objetiva, ya que deben pasar el filtro necesario que es el cerebro. El hombre es la medida de todas las cosas. Por tanto, todo lo que nuestra mente sabe de la realidad es una interpretación subjetiva que ella misma hace.
Genial, ¿no?

No existen ni la telepatía ni la ciencia infusa, al igual que no existen la magia o la generación espontánea.

Por tanto, ponernos en la piel de los demás, conocer a los demás, saber lo que piensan y opinan los demás y un muy largo etcétera de situaciones, sólo dependen de dos factores: el nivel de empatía que poseamos y la información sensorial que recibamos. Esto es, nuestra capacidad cognitiva de percibir en un contexto común lo que un individuo diferente puede sentir y la cantidad de datos que nos hayan transmitido y nosotros hayamos recibido.

Dicho esto, cuando uno está inmerso en algún tipo de relación junto a otros individuos, las tensiones inherentes al hecho de que ser humano significa ser "un lobo para otros hombres" hacen que la relación sea un continuo devenir de estados emocionales diferentes. O sea, el estado de la relación se convierte en un equilibrio dinámico regido por algo similar a la homeostasis. Digo "similar", porque las cosas son mucho más complejas de lo que pueda parecer (y eso que ya parecen complicadas...). Cuando en un grupo hay elementos perturbadores, pueden pasar dos cosas: o se alcanza un nuevo equilibrio asimilando esas perturbaciones, o el grupo se rompe por no poder asimilarlas.

Cuando el elemento perturbador insiste, se rompe la relación. Ahora, esto tan sencillamente expuesto... ¿cómo se come dentro de las relaciones inter-personales? Pues no creo ser capaz de describirlo.

En un grupo unido de gente de mentalidades similares, inquietudes afines y demás... la existencia de un elemento perturbador es un hecho que normalmente hace que se le mande a la mierda, hablando en plata. Suele ser un estado en el que el elemento "llega a ser" perturbador, no que "siempre lo haya sido". Es la diferencia entre "estar idiota" y "ser idiota", vamos. Como el tema es que "está" en un estado perturbador, cabe la esperanza de que revierta a su estado anterior, las oscilaciones cesen y el equilibrio dinámico se recupere. O no.

Por eso digo: no te quejes si acabas quedando solamente tú en el grupo. El elemento perturbador no son los demás, eres tú. Eres lo suficientemente inteligente como para darte cuenta de tu estado y ponerle remedio. Si no te da la gana, pues que con tu pan te lo comas. Aunque será una pena, por tan buenos ratos pasados. Yo no olvidaré esos recuerdos, pero serán eso: sólo recuerdos.

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4 errantes soñaron:

Siesp... dijo...

Tachínnnnnnn. And the oscar goes to......?
Nombres, da nombres. Si no se dan no se ofrece el derecho a la defensa.

PD.- Por cierto, Rad, si algún día me mandas a comer con mi pan (o a freir espárragos), lo harás con menos líneas. Lo cual indica que quien ha originado el post te importaba mucho y ahora ya nada.

Elena V. Cordón dijo...

Siento las desavenencias que parecen han empañado tu camino, pero sí, si te acabas quedando solo es que el elemento discordante eres tú, aunque no veo necesariamente que eso tenga que ser malo,me gusta la gente asocial.

Radagast dijo...

Siesp, nombres, nombres... en realidad no hay ninguno. Sólo es una reflexión en voz alta. Por si acaso.
Y no te preocupes: si algún día te mando a freír espárragos lo haré enviándote un guante, mensajero mediante. :P

Lusty, una cosa es ser asocial y otra quejarse porque todos te den la espalda. Yo también creo que lo primero no tiene por qué ser malo. Pero lo segundo... es culpar a la gente de tus problemas.

Anónimo dijo...

Il semble que vous soyez un expert dans ce domaine, vos remarques sont tres interessantes, merci.

- Daniel