"La envidia es mala".
Esa frase la hemos escuchado desde pequeñitos. Cuando queremos que nos den también un juguete, cuando la profesora felicita a otros, cuando...
"Oh, sí, veo el verde rostro de la envidia en tu cara".
Pero... ¿por qué lo contrario, la divinización, no es reprobable? Todos tenemos nuestros ídolos, que duran hasta que, evidentemente, algo en ellos hace que se derrumben. Nos decepcionan. Claro que mirado desde el otro lado, es muy difícil mantener las expectativas cuando no se te permite... tener rasgos humanos.
Como individuo rolero que soy estoy acostumbrado a toda la teoría que hay tras el proceso de deificación. Se han escrito tratados y tratados sobre ello (sí, son manuales de rol. ¿Y? Que sea un juego creado por humanos no quiere decir que no retrate fielmente los recovecos de la mente humana).
Voy a resumirlo brevemente. Cuando te conviertes en el dios de alguien pasan tres cosas:
Pero... ¿qué pasa con el adorador? Porque está muy bien explicar cómo se convierte uno en dios, pero ¿cómo se convierte uno en adorador? ¿Por qué no se ha escrito sobre eso o, si se ha hecho, no ha tenido tanta difusión? Porque es incómodo darse cuenta de ciertas cosas...
Al contrario de lo que se cree, no es necesario ni ser de voluntad débil ni ser un maestro de la hipocresía. Basta con creer que la bondad existe (o al menos que "alguien" puede concederte bondades... sí, ser un poco inocente) y no darse cuenta del proceso de compartimentalización que inmediatamente vas a sufrir. Alguien de una inteligencia apabullante puede perfectamente caer bajo el influjo místico de un nuevo dios.
Un adorador también se encuentra entonces con que algunos aspectos de su vida han cambiado, y ni siquiera es necesario que se dé cuenta de ello:
Si sucede lo segundo... entonces viene lo complicado. Ser un ex-miembro de una congregación mística es mucho peor que no haber formado nunca parte de ella. Pensadlo, ¿qué es peor, ser un infiel o ser un hereje? Si eres un infiel tal vez intenten matarte, pero primero intentarán convertirte. Si eres un hereje lo más probable es que directamente pasen de la conversión. Después de todo has "visto la luz del dios" y has decidido negarla. Serás perseguido, apaleado, tal vez asesinado por la marabunta (y me refiero a su primera acepción) que rodea a tu antiguo dios.
¿Por qué esto es incómodo de pensar? Porque a cualquiera le puede pasar. Es más... ¿no puede ser probable que ahora mismo estés siendo un adorador? No, no. Mejor no pensar en ello...
Darse cuenta de que uno ha pasado parte de su vida siendo un títere de alguien que no se lo merecía es aterrador. Porque entonces te das cuenta, después del primer mazazo que es la pérdida de tu fe (que creías era parte del núcleo de tu ser), de lo que has estado haciendo, de lo terribles que han sido tus actos. Has dado la espalda a amigos de verdad por la sonrisa falsa de tu dios, has apuñalado por la espalda a gente inocente por mejorar en la estima de tu dios, has negado tus valores sólo para que tu dios te permitiera acurrucarte a los pies de su trono, has menospreciado y ridiculizado a inocentes para que tu dios te diera una amistosa palmadita en la cabeza.
Es decir: te has comportado como un ser abyecto sólo porque te dejaste deslumbrar. Confundiste la pirita con el oro, una pirita por la que has matado (aunque sea metafóricamente) a gente que valía más que el falso dios bajo el que te acurrucabas.
Porque hay que tener en cuenta algo: tu dios, para mantenerse en el trono de su reino, debe ser un déspota manipulador que sea capaz de hacer lo que sea (LO QUE SEA) para asegurar su caudal de fe. Te mentirá, te adulará, te prometerá cosas que no tiene la intención de cumplir, hará que te sientas amado cuando lo único que ama es a sí mismo.
¿Estaba hablando de rol? ¿O de religiones? En cierto modo sí, de los dos, aunque no era mi intención real. En realidad estaba hablando sólo de seres humanos que idolatran a seres humanos, aunque les cueste darse cuenta de ello.
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Entradas relacionadas: Epitafiosydemás: El ritmo de las cosas, Epitafiosydemás: Reflexiones, Va para ti. Punto, Va para ti, pusilanime.
Esa frase la hemos escuchado desde pequeñitos. Cuando queremos que nos den también un juguete, cuando la profesora felicita a otros, cuando...
"Oh, sí, veo el verde rostro de la envidia en tu cara".
Pero... ¿por qué lo contrario, la divinización, no es reprobable? Todos tenemos nuestros ídolos, que duran hasta que, evidentemente, algo en ellos hace que se derrumben. Nos decepcionan. Claro que mirado desde el otro lado, es muy difícil mantener las expectativas cuando no se te permite... tener rasgos humanos.
Como individuo rolero que soy estoy acostumbrado a toda la teoría que hay tras el proceso de deificación. Se han escrito tratados y tratados sobre ello (sí, son manuales de rol. ¿Y? Que sea un juego creado por humanos no quiere decir que no retrate fielmente los recovecos de la mente humana).
Voy a resumirlo brevemente. Cuando te conviertes en el dios de alguien pasan tres cosas:
- Te rodeas automáticamente de un aura mística que oculta tus rasgos mortales de tal manera que tus adoradores compartimentalizarán (tener dos ideas completamente opuestas y ser capaz de separarlas en la mente, obviando una u otra según sea necesario) las paradojas que suscitan tus actuaciones (que serán, evidentemente, las acciones de un mortal).
- Acto seguido concederás dádivas a tus más fieles, poderes, un leve soplo de divinidad temporal. Harás realidad algunos sueños de tu gente y les castigarás horriblemente cuando te aburras.
- Y a no ser que conserves parte de tu humanidad, de tu ser como simple mortal, tu condición divina será invulnerable, verdaderamente a prueba de todo... salvo de la pérdida de adoradores. Necesitas la fe para existir.
Pero... ¿qué pasa con el adorador? Porque está muy bien explicar cómo se convierte uno en dios, pero ¿cómo se convierte uno en adorador? ¿Por qué no se ha escrito sobre eso o, si se ha hecho, no ha tenido tanta difusión? Porque es incómodo darse cuenta de ciertas cosas...
Al contrario de lo que se cree, no es necesario ni ser de voluntad débil ni ser un maestro de la hipocresía. Basta con creer que la bondad existe (o al menos que "alguien" puede concederte bondades... sí, ser un poco inocente) y no darse cuenta del proceso de compartimentalización que inmediatamente vas a sufrir. Alguien de una inteligencia apabullante puede perfectamente caer bajo el influjo místico de un nuevo dios.
¿Cómo vamos a poder ver? Si resulta que estamos deslumbrados...
Un adorador también se encuentra entonces con que algunos aspectos de su vida han cambiado, y ni siquiera es necesario que se dé cuenta de ello:
- Imitará a su dios siempre que pueda. Todo dios ha tenido que hacer "algo" para deificarse. Por tanto su vida estará llena de multitud de hechos insólitos que sus acólitos desearán emular. Harán de ellos sus pilares, establecerán su vida apoyándose en ellos. No puede tambalearse su modo de vida ya que se basa en su fe. Y su fe es firme.
- Encontrará la fuente de Sabiduría Final y Verdad Infinita. Todo lo que sale de los labios de su dios (o de sus elegidos) debe creerse y no ponerse en duda. Es innegable que un adorador no lo pondrá en duda jamás. Es más, de ahí se deduce que todo el que diga algo contrario a su palabra miente siempre. Por definición.
- Actuará en su nombre. La esencia de todo dios sólo puede mantenerse conquistando nuevos acólitos. Pero como no puede ir a buscarlos él mismo, deberá encontrar quien lo haga por él. Por tanto, sus adoradores actuarán como evangelizadores. No sólo predicarán su palabra, sino que castigarán a quien la niegue o la mancille.
Si sucede lo segundo... entonces viene lo complicado. Ser un ex-miembro de una congregación mística es mucho peor que no haber formado nunca parte de ella. Pensadlo, ¿qué es peor, ser un infiel o ser un hereje? Si eres un infiel tal vez intenten matarte, pero primero intentarán convertirte. Si eres un hereje lo más probable es que directamente pasen de la conversión. Después de todo has "visto la luz del dios" y has decidido negarla. Serás perseguido, apaleado, tal vez asesinado por la marabunta (y me refiero a su primera acepción) que rodea a tu antiguo dios.
¿Por qué esto es incómodo de pensar? Porque a cualquiera le puede pasar. Es más... ¿no puede ser probable que ahora mismo estés siendo un adorador? No, no. Mejor no pensar en ello...
Darse cuenta de que uno ha pasado parte de su vida siendo un títere de alguien que no se lo merecía es aterrador. Porque entonces te das cuenta, después del primer mazazo que es la pérdida de tu fe (que creías era parte del núcleo de tu ser), de lo que has estado haciendo, de lo terribles que han sido tus actos. Has dado la espalda a amigos de verdad por la sonrisa falsa de tu dios, has apuñalado por la espalda a gente inocente por mejorar en la estima de tu dios, has negado tus valores sólo para que tu dios te permitiera acurrucarte a los pies de su trono, has menospreciado y ridiculizado a inocentes para que tu dios te diera una amistosa palmadita en la cabeza.
Es decir: te has comportado como un ser abyecto sólo porque te dejaste deslumbrar. Confundiste la pirita con el oro, una pirita por la que has matado (aunque sea metafóricamente) a gente que valía más que el falso dios bajo el que te acurrucabas.
Porque hay que tener en cuenta algo: tu dios, para mantenerse en el trono de su reino, debe ser un déspota manipulador que sea capaz de hacer lo que sea (LO QUE SEA) para asegurar su caudal de fe. Te mentirá, te adulará, te prometerá cosas que no tiene la intención de cumplir, hará que te sientas amado cuando lo único que ama es a sí mismo.
-Qing-jao -repitió Ela-. Te tiene completamente absorbida, igual que el Congreso hace que Qing-jao piense en él.Espera, espera.
-No puedes despreciarla porque no la conoces -le replicó Wang-mu-. Pero es inteligente y buena, y yo nunca podré ser como ella.
-Otra vez los dioses -suspiró Ender.
-Siempre los dioses -añadió Ela.
-¿Qué queréis decir? Qing-jao no dice que sea un dios, ni yo tampoco.
-Tú sí -contestó Ela-. "Qing-jao es sabia y buena", dijiste.
-Inteligente y buena -corrigió Ender.
-"Y yo nunca podré ser como ella" -continuó Ela seriamente.
-Déjame que te hable de los dioses -dijo Ender-. No importa lo listo o fuerte que seas, siempre habrá alguien más listo o más fuerte, y cuando te encuentras con alguien que es más listo o más fuerte que nadie, piensas: "ése es un dios. Esto es perfección". Pero te aseguro que en algún lugar hay alguien más que, en comparación, dejará a tu dios como un gusano. Y alguien más listo o más fuerte o mejor de alguna manera. Así que déjame decirte lo que pienso de los dioses. Creo que un dios real no va a ser tan asustadizo o intransigente que intente rebajar a otras personas. El hecho de que el Congreso alterara genéticamente a las personas para hacerlas más listas y más creativas, puede haber parecido un acto divino, un don generoso. Pero estaban asustados, y por eso lastraron al pueblo de Sendero. Querían conservar el control. Un dios de verdad tiene control sobre todo lo que necesita ser controlado. Los dioses de verdad quieren enseñarte a ser su semejante.
-Pero Qing-jao quería enseñarme -apuntó Wang-mu.
-Pero sólo mientras obedecieras e hicieras lo que ella quería -dijo Jane.
-No soy digna. Soy demasiado estúpida para aprender a ser tan sabia como ella.
-Sin embargo sabes que dije la verdad, mientras que todo lo que pudo ver Qing-jao fueron mentiras -indicó Jane.
-Ender el Xenocida, de Orson Scott Card.
¿Estaba hablando de rol? ¿O de religiones? En cierto modo sí, de los dos, aunque no era mi intención real. En realidad estaba hablando sólo de seres humanos que idolatran a seres humanos, aunque les cueste darse cuenta de ello.
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Entradas relacionadas: Epitafiosydemás: El ritmo de las cosas, Epitafiosydemás: Reflexiones, Va para ti. Punto, Va para ti, pusilanime.
11 errantes soñaron:
Qué grande eres. Podría decir muchas más cosas, pero ya hemos hablado de esto alguna que otra vez...a ver si te instalas del todo y nos marcamos debates.
Aunque no lo creas, Bich, tu aprobación me importa. Aunque no vaya a divinizarte por ello, jejeje.
Hay muchos debates pendientes. Pero también sabes que este debate no es exactamente lo que parece, ¿verdad?
A ver. Siempre te leo con mucho interés, pero en este post te he leído "con adoración" :-)
Se me ocurre que un creyente (da igual en la ficción "rolera" que en la religiosa) y un ateo pueden estar de acuerdo, a la par, en tu comentario íntegro.
Bastaría con que el creyente compartimentalizara un concepto como este: "tú hablas de un dios genérico, pero el mio es el verdadero". Y contra ese compartimento estanco es imposible razonar (como bien indicas).
Lo simple de todo el tema es que una persona normal no necesita compartimentalizar nada para apreciar la belleza de toda la exposición.
Gracias por ello.
PD.- Dicho lo anterior, me he propuesto no volver a lavarte los pies (como ya hice hace 2.000 años con otra gente) jejeje. (Lo digo por tu comentario en el blog de Hugo)
How deep... También lo interpreto como sectas, ¿podría ser?
¡ Sí señor ! da gusto leerte !
Me gusta cómo has escrito algo que puede aplicarse a casi todos los campos de la vida: relaciones personales, sistema de valores, principios, un jefe...y que puede interpretarse como cada uno quiera. Quiero decir, mi jefa suprema es diosa vengadora, de las del antiguo testamento, que tan pronto trae bombones para todos como nos guarda bajo llave los bolígrafos, y no sabes el peso que tiene en el GRAN empresa.
Otra cosa te digo, desde mi extraña fe hecha a mi medida: mi dios no es déspota, ya te lo digo.
Siesp, disculpa, no te había reconocido. Es que supongo que 2000 años no pasan en balde. Además, con sombrero y sin corona de epsinos no... no das la mimsma impresión, fíjate tú. XD.
Como ya he dicho, la compartimentalización es una cosa maravillosa. Yo puedo estar totalmente de acuerdo contigo en que la Iglesia es un antro de corrupción y mañana ir a donarles un par de miles de euros.
Islander, no entiendo bien tu comentario. ¿Si podría referirse a sectas religiosas? Sí, claro.
A mí me gusta escribir cosas que hagan que la gente mueva sus engranajes cerebrales, por eso... aunque esta entrada tenía un propósito específico, también puede interpretarse de otras maneras. Como bien dice Siesp, se puede ser un perfecto ejemplo de adorador y a la vez asegurar que tengo mucha razón en lo que digo.
De todas maneras, ya digo que la entrada iba dirigida más hacia la figura de la persona que idolatra a otro ser humano. En ese caso... sí, desde luego que también estoy hablando de sectas. Porque después de todo, una agrupación de gente alrededor de una figura alabada... eso también es una secta, ¿no?
Mabel, gracias. No escribo para que le guste a la gente, pero me alegra de que mi trabajo se reconozca.
Bich, el escepticismo crítico (referido a "con criterio") es una herramienta que se DEBE utilizar en todos los aspectos de la vida de uno.
Mi opinión es que lo dicho en esta entada no puede referirse a tu caso porque tú construyes tu sistema de creencias y valores. No es algo que te venga dado o impuesto desde fuera por otro individuo. Tus ideales los juntas y aglutinas y los colocas fuera de ti y les das el nombre de fe, pero siguen siendo una construcción tuya. La mayoría de los ateos hacemos algo similar, pero no los colocamos fuera de nosotros y no les rodeamos de mística. Eso sí, siguen siendo valores morales.
Como dije, es una opininión.
Respondida he quedado. Me ha gustado mucho esta entrada :). Toda adoración excesiva es mala. Una vez una chica nos habló de que una tipa ahí que ella conocía estaba en una secta... ¿Cómo es posible que te coman la cabeza tanto? No sé... Y que los que la quieren la traten de ayudar y ella prefiera hacer caso a su Dios o lo que carajo sea... Pff.
No estoy de acuerdo en que toda adoración excesiva sea maloa. Creo que la adoración en sí es mala, porque ata cadenas a la libertad de pensamiento y de comportamiento.
"Y que los que la quieren la traten de ayudar y ella prefiera hacer caso a su Dios o lo que carajo sea... Pff."
Eso es triste, ¿verdad? Pero es así. Y tampoco hace falta autonombrarse "dios" para ser adorado. Acaparar las prerrogativas y las características divinas sin pretender serlo... eso también está a la orden del día y sigue siendo igual de perjudicial para el bienestar de los adoradores.
No sólo hablas de religión o de rol, hablas de la vida misma. Si la envidia fuera tiña, ¡Madre mía! La peña comparía el Just for Men a litros. Lo peor eso es que te genera problemas en el ámbitod e trabajo, puñaladas traperas, etc, etc, etc.
Pues sí, señor Videodromo, cuánta razón tiene usted. El problema de la gente... es que es gente.
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