Esto de vivir en los Madriles da para muchas reflexiones, yo que vengo "de provincias". Una de los temas que más diferencia a Madrid de cualquier otro sitio en el que haya vivido es el metro.
Los madrileños se quejan mucho del metro:
El metro de Madrid está muy bien. MUY bien. Es mejorable (como cualquier otra cosa; por ejemplo: el plano esquemático "nuevo" es una maravilla esquemática. Pero al no ser geográfico no sabes en qué parte de Madrid estás. Lo considero un fallo garrafal, por lo que estoy por montarme yo mismo un plano geográfico que incluya además las redes de Cercanías) y me parece caro (el bono de 10 viajes cuesta ya 9'30 €), pero te permite llegar a cualquier sitio de la ciudad, tiene una disposición de las estaciones bastante eficiente y tarda razonablemente poco tiempo en llevarte de un punto de la ciudad a su otro extremo. Andar casi 15 minutos (en la periferia. Unos 5' en el centro, 10' de media) para llegar a una boca de metro me parece muy poco tiempo. Transbordos "largos" de 5' dentro de la red de metro es un gasto de tiempo minúsculo.
Creo que lo que pasa es que los madrileños lo quieren todo, ya, aquí, sin esperas. Están muy mal acostumbrados a tener casi de todo al alcance de la mano. Yo, que soy un mero provinciano, considero que las ventajas de Madrid son MUCHAS ventajas. No creo que compensen sus desventajas (que podría estarme horas hablando de ellas), pero no creo que sean motivo de queja. Más bien de alabanza.
¿Y la fauna subterránea? No hablo de topos u otros mamíferos insectívoros, no, sino de la extraña sociedad que puebla los vagones de metro, las estaciones, los túneles. Hablo de las inacabables multitudes y de los que las acompañan: los músicos callejeros y los "músicos" callejeros. Supongo que entenderéis la distinción y las comillas.
Empezaré por los músicos. Yo tengo el mismo oído musical que un yogur desnatado: o sea, nada. En parvulitos, cuando llegaba la hora de machacar música, a mí me dejaban los crótalos (esto, los vulgares "chinchines" de toda la vida, no esto otro... a pesar de que ver a un niño de 3 años armado con un par de víboras debería molar un puñao. Ni Hércules, oiga)... y me los dejaban porque lo siguiente más simple era estarse quieto sin tocar nada. Joder, es que la señorita ni me dejaba acercarme al triángulo. Y mucho menos al xilófono, ostia puta. Pero si resulta que yo mismo, en estos momentos de mi vida, si escucho una canción, mi cerebro registra otra y si me da por tararearla sale una tercera completamente diferente...
Pero bueno, el tema es que si bien reconozco que no tengo oído para la música, sé cuándo alguien está tocando muy muy mal. Lo que debería llevar a los entendidos a una curiosa reflexión: si para Radagast ese tío está tocando mal... joder cómo debe estar asesinando la música.
Pues por los túneles subterráneos de Madrid hay de todo, desde gente que toca bien (creo yo) hasta gente que habría que pagarla para que no tocara. Para los incondicionales a Pratchett: algo parecido a Viejo Apestoso Ron, vamos.
Hoy mismo he visto en la estación de Sol a unos sudamericanos tocando música andina. Lo hacían bastante bien, la verdad. En la estación de Plaza de España (concretamente en los túneles que llevan desde la Línea 10 a la 3) había un viejo asesinando música ligera con una trompeta y una voz de camionero sin dientes. Y encima bailaba. Aunque lo más nomal es que sean veintiañeros con rastas, una flauta y un perro tirao encima de una manta... Y que tocan la flauta peor que yo cuando estaba en 4º de EGB.
Madrid es un puñetero hormiguero humano. Así de claro. Vivir en el centro (lo que los expertos consideran, parece ser, todo lo que entre dentro de la Línea Circular, la 6, "la gris") es un jodido caos. Pasear por Callao, Sol y las calles que las rodean es imposible. La gente no pasea: se desplaza como una inexorable ola, una corriente en dos direcciones más o menos diferenciadas y un montón de escollos ambulantes. Los empujones son normales, las disculpas inexistentes. Aquí están tan acostmbrados a tener que abrirse paso a machetazos que ni lo piensan. Hace un mes o así iba a salir yo de una cafetería cerca de Callao (no hablemos de precios. Que estaba cerca de Callao, no en la propia plaza o las avenidas principales). No terminé de abrir la puerta para irme cuando me veo arrollado por una señora, su marido y sus tres hijos, empujándome contra la pared. Les dije, enfadado, que "es de buena educación dejar salir primero, y luego entrar", y van y me miraron mal por haber sido empujado por ellos, por quejarme del asunto y por intentar educarles. Puta fauna.
Pues en el metro es diferente, sí. En las escaleras mecánicas todos se echan hacia la barandilla derecha, por si alguien quiere pasar, que pase por su izquierda. Flipante si lo comparas con el comportamiento de esa misma gente en la superficie. ¡Y dejan salir de los vagones antes de entrar! Nadie se queja si alguien es más rápido que ellos y les quita el sitio al que habían echado el ojo. No lo he tomado en hora punta, pero casi estoy seguro de que en medio de la aglomeración de gente sudorosa en un mismo vagón... nadie se quejará de la situación que comparten todos. Ahora... salte fuera y cambiará el asunto de manera radical.
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Entradas relacionadas: Recapitulando, Los Madriles, Hormigas zombie.
Los madrileños se quejan mucho del metro:
"Mucha impuntualidad".Y más frases míticas que se escuchan en boca de los que viven en la Villa y Corte. Yo, que nací en una ciudad con una de las mejores planificaciones de autobuses urbanos del país y que he pasado casi un tercio de mi vida en otra ciudad con posiblemente el peor diseño de redes de transporte público de Europa entera, tengo otra visión, claro.
"A veces tienes que andar hasta 15 minutos para llegar a la boca más cercana".
"Podían poner más trenes".
"Pierdes mucho tiempo en desplazamientos".
El metro de Madrid está muy bien. MUY bien. Es mejorable (como cualquier otra cosa; por ejemplo: el plano esquemático "nuevo" es una maravilla esquemática. Pero al no ser geográfico no sabes en qué parte de Madrid estás. Lo considero un fallo garrafal, por lo que estoy por montarme yo mismo un plano geográfico que incluya además las redes de Cercanías) y me parece caro (el bono de 10 viajes cuesta ya 9'30 €), pero te permite llegar a cualquier sitio de la ciudad, tiene una disposición de las estaciones bastante eficiente y tarda razonablemente poco tiempo en llevarte de un punto de la ciudad a su otro extremo. Andar casi 15 minutos (en la periferia. Unos 5' en el centro, 10' de media) para llegar a una boca de metro me parece muy poco tiempo. Transbordos "largos" de 5' dentro de la red de metro es un gasto de tiempo minúsculo.
Creo que lo que pasa es que los madrileños lo quieren todo, ya, aquí, sin esperas. Están muy mal acostumbrados a tener casi de todo al alcance de la mano. Yo, que soy un mero provinciano, considero que las ventajas de Madrid son MUCHAS ventajas. No creo que compensen sus desventajas (que podría estarme horas hablando de ellas), pero no creo que sean motivo de queja. Más bien de alabanza.
¿Y la fauna subterránea? No hablo de topos u otros mamíferos insectívoros, no, sino de la extraña sociedad que puebla los vagones de metro, las estaciones, los túneles. Hablo de las inacabables multitudes y de los que las acompañan: los músicos callejeros y los "músicos" callejeros. Supongo que entenderéis la distinción y las comillas.
Empezaré por los músicos. Yo tengo el mismo oído musical que un yogur desnatado: o sea, nada. En parvulitos, cuando llegaba la hora de machacar música, a mí me dejaban los crótalos (esto, los vulgares "chinchines" de toda la vida, no esto otro... a pesar de que ver a un niño de 3 años armado con un par de víboras debería molar un puñao. Ni Hércules, oiga)... y me los dejaban porque lo siguiente más simple era estarse quieto sin tocar nada. Joder, es que la señorita ni me dejaba acercarme al triángulo. Y mucho menos al xilófono, ostia puta. Pero si resulta que yo mismo, en estos momentos de mi vida, si escucho una canción, mi cerebro registra otra y si me da por tararearla sale una tercera completamente diferente...
Pero bueno, el tema es que si bien reconozco que no tengo oído para la música, sé cuándo alguien está tocando muy muy mal. Lo que debería llevar a los entendidos a una curiosa reflexión: si para Radagast ese tío está tocando mal... joder cómo debe estar asesinando la música.
Pues por los túneles subterráneos de Madrid hay de todo, desde gente que toca bien (creo yo) hasta gente que habría que pagarla para que no tocara. Para los incondicionales a Pratchett: algo parecido a Viejo Apestoso Ron, vamos.
Hoy mismo he visto en la estación de Sol a unos sudamericanos tocando música andina. Lo hacían bastante bien, la verdad. En la estación de Plaza de España (concretamente en los túneles que llevan desde la Línea 10 a la 3) había un viejo asesinando música ligera con una trompeta y una voz de camionero sin dientes. Y encima bailaba. Aunque lo más nomal es que sean veintiañeros con rastas, una flauta y un perro tirao encima de una manta... Y que tocan la flauta peor que yo cuando estaba en 4º de EGB.
Madrid es un puñetero hormiguero humano. Así de claro. Vivir en el centro (lo que los expertos consideran, parece ser, todo lo que entre dentro de la Línea Circular, la 6, "la gris") es un jodido caos. Pasear por Callao, Sol y las calles que las rodean es imposible. La gente no pasea: se desplaza como una inexorable ola, una corriente en dos direcciones más o menos diferenciadas y un montón de escollos ambulantes. Los empujones son normales, las disculpas inexistentes. Aquí están tan acostmbrados a tener que abrirse paso a machetazos que ni lo piensan. Hace un mes o así iba a salir yo de una cafetería cerca de Callao (no hablemos de precios. Que estaba cerca de Callao, no en la propia plaza o las avenidas principales). No terminé de abrir la puerta para irme cuando me veo arrollado por una señora, su marido y sus tres hijos, empujándome contra la pared. Les dije, enfadado, que "es de buena educación dejar salir primero, y luego entrar", y van y me miraron mal por haber sido empujado por ellos, por quejarme del asunto y por intentar educarles. Puta fauna.
Pues en el metro es diferente, sí. En las escaleras mecánicas todos se echan hacia la barandilla derecha, por si alguien quiere pasar, que pase por su izquierda. Flipante si lo comparas con el comportamiento de esa misma gente en la superficie. ¡Y dejan salir de los vagones antes de entrar! Nadie se queja si alguien es más rápido que ellos y les quita el sitio al que habían echado el ojo. No lo he tomado en hora punta, pero casi estoy seguro de que en medio de la aglomeración de gente sudorosa en un mismo vagón... nadie se quejará de la situación que comparten todos. Ahora... salte fuera y cambiará el asunto de manera radical.
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6 errantes soñaron:
Lo del metro en Madrid es como los autobuses o tranvías o trenes de cercanías en provincias. Es inevitable que su funcionamiento sea perfecto pero hay que decir que desde hace ya muchos años su servicio es notable o superior y que sus calidades son europeas...Respecto a los músicos callejeros yo los contrataba a todos. Quiero decir, que dan un ambiente cosmopolita y casi parisino o bonaerense o incluso moscovita. Te sorprenden por la mañana con un tango, por la tarde con una melodía parisina y a otra hora con cualquier pasadoble, pasacalles o danza de los urales o del volga...Dan ilusión y animan a la tertulia y el ambiente relajado..Contribuyen con su mejor o peor arte pero con la mayor de sus dignidades a suavizarnos las crisis y estimular nuestras idas y venidas. Salu2.
Ah, que recuerdos con esta entrada! Yo estuve en el estreno de la "línea 6" de pequeñito. La línea que puso a mi barrio al alcance del metro. En mis tiempos iba bastante bien, con diferencia es el transporte que más he usado. Pero si, una vorágine la vida por allá. :|
Jajaja, pobre... Pues yo flipaba con el metro, si se me escapa uno en tres minutos llegaba el otro o así, ¡¡un lujazo!! Todavía tengo un viaje sin gastar de cuando fui. En cuanto a la fauna salvaje, sí que había, y aglomeraciones inmensas, claro que para el tiempo que fui para mí era lo más de lo más, pero vivirlo siempre acabaría conmigo me da.
¡¡¡No se quejen ustedes de transportes que yo tengo que coger aviones pa' ir a cualquier parte!! ¡¡Aviones!!
Marcelino, muy buenas, jejeje. Opino como tú... pero creo que hay gente a la que no se le debería permitir acercarsea un instrumento musical (yo mismo, de hecho).
Heli, bienvenido de nuevo, que hacía mcuho que usted no se pasaba bajo el Árbol. Estando acostumbrado a ciudades más pequeñas (y mira que Pucela no es pequeña), Madrid me parece abarrotá, que le decían aquellos dos.
Islander, es que hay dos modos de estar en madrid: ir de visita o vivir en ella. Y hay dos modos de hacer lo segundo: habiendo nacido en la Villa o viniendo de fuera.
Y teniendo en cuenta dónde caigo yo... puf.
¡Aviones! Joder qué atrasados que estáis. Mira que podíais ser como Brockway, Ogdenville y North Haverbrook, ciudades que ahora SÍ están el mapa porque usan el monorrail, jajajaja.
Rad, de verdad si crees que el metro de Madrid es todo un caso... te invito cordialmente al metro de la Ciudad de México... es una verdadera colección de rarezas y cosas que te dejaran mas que sorprendido. Un abrazo
Rad, de verdad si crees que el metro de Madrid es todo un caso... te invito cordialmente al metro de la Ciudad de México... es una verdadera colección de rarezas y cosas que te dejaran mas que sorprendido. Un abrazo
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