No hay mejor manera de empezar el año en este blog que hablando de pandemias, en un día tal que hoy. Y no es que me vaya a referir a la consabida, no, no. Y eso que podíamos hablar largo y tendido sobre ello, sobre todo después de conocer la noticia de que varios países europeos han palmao no-sé-cuántos milloncejos (de euros, ¿eh? No de pesetas) gracias al histerismo causado por la desinformación ofrecida por la mayoría (¡qué carajo, la totalidad!) de los medios de comunicación. Cuyos "profesionales", por supuesto, no tienen ni puñetera idea de lo que hablan la mitad de las veces. Y cuando se trata de algo relacionado, aunque sea mínimamente, con la Ciencia... pues menos todavía. Ya se sabe: un periodista no necesita saber, sino parecer que sabe.
España se ha salvado de un nuevo agujero en su monedero por pura chiripa, oiga. Que todo hay que decirlo: si me estoy riendo ahora mismo de los gobiernos que han de buscárselas para poder deshacerse de todo un lote de vacunas (las cuáles, desde el principio, ya se sabía que sólo eran efectivas durante poco tiempo después del contagio...), revendiéndolas a terceros, pues más me iba a reír, aunque me tocara el bolsillo, si Zapatitos hubiera tenido que hacer los mismo.
Pero de lo que España no se ha salvado es de la Noche de Reyes. Y no me refiero a que te toquen los 4 reyes de la baraja en una timba ilegal, sentado frente a un par de mafiosos y un político corrupto en la trastienda del puticlub que hay pasando Tordesillas (es un decir). No, me refiero al hecho de que mañana, en casi todos los hogares españoles, los niños gritarán de alegría al ver que tres personajes de ficción se han comido las galletas que les dejaron por la noche y, a cambio, les han llenado el salón de regalos.
Y, para que esto fuera posible, los aprendices de Tamariz se han pasado los días anteriores de tienda en tienda, de juguetería en juguetería, para intentar, aunque fuera, cumplir con la cartita de pedidos. En realidad, cuando digo "los días anteriores" quiero decir "el día anterior". Porque si algo caracteriza a este país es el dejar las cosas para el último momento.
¿Os podéis creer que he tardado más de dos horas en completar un trayecto en autobús que normalmente (hora punta incluida) tarda algo menos de 45 minutos? Y no porque la mitad de la ciudad estuviera cortada por "La Cabalgata", sino porque a todos los padres, tíos, abuelos, tutores, vecinos les ha dado por hacer sus compras justo la noche anterior.
Pasarse dos horas en un autobús lleno hasta reventar (a mitad de camino nos hemos juntado tres autobuses de la misma línea), de pie, entre gente emperifollada y cargada de unos bultos que me hacían dudar de si habían ido a comprar juguetes para un niño o a comprar un niño con el que jugar (hasta ese extremo llega el exceso de embalajes), gritando al autobusero porque va despacio y se le cuelan todos los vehículos de la ciudad, quejándose de los precios abusivos de los juguetes, quejándose de que los demás pasajeros les tiran las bolsas, quejándose de que no hay sitio en el autobús...
Un par de niños explicándoles a los padres, a grito pelao porque los del coche de al lado todavía no se han enterado, las diferencias entre tal o cual Gormiti, insultándose porque el otro no tiene razón. Golpe, berrinche subido de decibelios... los padres pasan del tema... (verídico. En mis tiempos todos estábamos de acuerdo: el Caballero de Pegaso daba grima y el de Fénix molaba).
¿Sabéis qué he pedido yo? Un lanzallamas.
Editado: el enlace del Gormiti está dedicado a Siesp, Lanarch y Mahs (dondequiera que éste se halle, le recordamos).
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4 errantes soñaron:
¡No jodas que se llama así de verdad! ¡El mago Magufo! Jajajajajajajajajajajajajajaaaaaaaa
Por cierto, yo hoy he ido al centro en autobús sin acordarme de qué día es hoy... en fin, al menos me he echado dos siestas, una a la ida y otra a la vuelta.
Qué le vamos a hacer. Cada vez más se piensa que basta con regalarle al niño algo caro para que esté contento y entretenido, y los modales ya los sacará de los Gormiti de turno. Entre eso y la fabulosa y española costumbre de hacer las cosas dos minutos antes de que se acabe el plazo (y si es posible, dos minutos después), así nos va.
Mucho me temo que este año los reyes tampoco traerán cerebros nuevos, así que...que disfrutes de tu lanzallamas, yo espero con ansiedad mi kit de "Desóllelo usted mismo" ;)
Rad, el lanzallamas se te quedará corto. Mejor pasar directamente al lanzamisiles.
Ya tendréis hijos y el estupor os invadirá cuando, después de comprarle el juguete más caro, el favorito del niñito acaba siendo la tapadera de un bote (Murphy´s Law) :P
Lanarch, pues sí, pues sí. Se lo vi a un chaval hace unos días, y he estado rucándome la cabeza hasta que se me ha ocurrido cómo meter esa información en el blog...
Desi, bienvenido por el mundo virtual, de nuevo, jejeje. ANda que no has estado tiempo desaparecido, eh? Lo menos 3 meses!
Que te cunda tu kit de desollar.
Siesp, ni lanzallamas, ni lanzamisiles, ni na. Siempre vienen con lo que les da la gana y no con lo que pides. Por cierto, esa anécdota es verídica? Jajajajaja! Vaya cara se te debió quedar, macho.
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