Historia, familia y lucha obrera

Un apunte histórico.


Se cumplen estos días 100 años de la Huelga General de 1917.

Yo soy bisnieto de esa huelga. Si uno de mis bisabuelos paternos no hubiera sido despedido en Bilbao, no se habría visto obligado a emigrar a Valladolid a trabajar en la Fundición de los Ferrocarriles del Norte y mi abuela no habría conocido a mi abuelo.

Valladolid. Finales s.XIX, principios s.XX.


CIEN AÑOS.

Un siglo, nada menos.

Está peripecia es la causa de que el apellido Almudí exista en Valladolid. Mi familia paterna vino de Bilbao, desde Zaragoza y Huesca. Mi familia materna se crió en torno a las vegas del río Duero. Tengo antepasados que hicieron todo lo posible por cascarle el cráneo a Aníbal para que no les robara el grano. Tengo antepasados con un Rh que ni el inefable Arzalluz. Tengo antepasados que cruzaron el Estrecho subidos a lomos de un camello en torno al siglo VIII (supongo que el camello iba en barco). Tengo sangre de todos los lugares en torno al Mediterráneo.

Pero, ante todo, soy producto de la historia. Una historia de Revolución Obrera.



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Regresamos con Sci-Fi, Poderes Mentales y Exotismo.

Entrada perteneciente al proyecto "Adopta Una Autora".

¿Sabéis quién es esta señora?

Seguramente no a no ser que seáis muy frikis de la Sci-Fi. Yo lo soy y por la foto ni de coña... Se trata de Julian May, una de las grandes del género (como en todos los ámbitos, hay muchas mujeres dentro de la Sci-Fi de las que no se sabe mucho. ¿A alguno os suena Anne McCaffrey? Pues eso). Es posible que no conozcáis su obra. ¿Por? Porque muy poco ha sido traducido al castellano. De su principal creación, todo el Universo del Medio Galáctico, sólo tenemos en castellano dos de las tres grandes sagas. Del resto de sus novelas, nada. Aunque todavía hemos de dar gracias: su producción literaria coincidió con los 80, cuando en nuestro querido país se empezó a leer Sci-Fi en serio... y en serie. Cuando tal boom del género se terminó (a finales de los 90; y sólo en España, insisto), se acabaron las traducciones, las grandes editoriales cerraron y sólo subsistieron (y subsisten) algunas de ellas (sobre las que ya me he pronunciado en anteriores ocasiones), de tal manera que todo el género se colapsó sobre sí mismo. Como con los PCs, los vídeos VHS y demás, solo quedó lo mediocre para hacerse cargo de las grandes novelas, las grandes sagas, los autores más conocidos y respetados.
¿Bear? ¿Benford? ¿Anderson? ¿Bradbury? ¿Lem? ¿Niven? ¿¿Asimov?? Ni soñar con no re-editar sus obras...
...  hasta ahora. Por suerte para nosotros, los grandes amantes de la Sci-Fi, estamos viendo un renacimiento del género. Yo mismo incluido (pero ésa es otra historia).

Bueno, no importa.
Hace años, estaría yo por los 15, comencé a excavar en la biblioteca de mis padres (el verbo está bien usado). Ahí descubrí la Sci-Fi. Montones de Sci-Fi. Tengo muy claro que cuando llegue la hora de la herencia, si tengo que elegir entre la casa y los libros... me quedo con los libros. Un día contaré su número y fliparéis (fliparemos) con el resultado.
En esa época arramplé con Asimov, con Bear y con Bradbury. Y con otros más desconocidos entonces: Banks, Simmons... May. Y de ésta última quería hablaros.

En su Universo del Medio Galáctico, Julian May nos habla de una sociedad galáctica compuesta únicamente por cinco razas: Lylmik (poderosos seres sin cuerpo físico y de carácter paternalista), Kondraku (grandes invertebrados tentaculares fríos y lógicos), Gi (vertebrados hermafroditas con una enorme obsesión por todo lo artístico), Simbiari (humanoides súper-tecnológicos con el aspecto de los típicos marcianos verdes) y Poltroyanos (pequeños humanoides de color púrpura, muy similares física y mentalmente a los humanos). Estas cinco razas han sido "coadunadas". Esto es, son capaces de realizar prodigios psíquicos como telequinesis, telepatía y demás (lo que se denomina ser "operante meta-psíquico"), y también pueden unir sus mentes con otras similares de tal manera que surge una especie de "Todo" mental rebosante de paz, concordia, comprensión y demás. Siempre están a la búsqueda de nuevas razas maduras mentalmente a las que invitar dentro de su Medio Galáctico. Llevan cientos de miles de años con su búsqueda y sólo son cinco...
La sexta raza son, por supuesto, los Humanos. Cómo se integran los Humanos en el Medio Galáctico se cuenta en la Saga de la Intervención. Es la primera serie de libros que se debe leer pero se escribió posteriormente.

La Saga de la Intervención.
En la versión inglesa es un único volumen.

La Saga del Medio Galáctico. En inglés, claro.

La Saga del Exilio en el Plioceno. De lo que va esta entrada...

El tema es éste: tras la Rebelión Metapsíquica en la que un porcentaje considerable (y MUY poderoso) de los humanos intentan segregarse del Medio Galáctico, casi destruyéndolo de paso, y que después fueron vencidos (Saga del Medio Galáctico, inédita en castellano... y la segunda que se debe leer), una gran parte de la Humanidad todavía no es operante (es meta-psíquicamente latente) y se convierte en inadaptada. Para ellos se abre una posibilidad. Tiempo atrás (justo tras la Intervención) un científico humano había descubierto una curiosidad: un portal que permitía la comunicación entre la Época del Plioceno y la actualidad. Se podía mandar materia que llegaba intacta allí, pero en sentido inverso la materia sufría inmediatamente los efectos de la diferencia de edad. Una curiosidad que, años después, sirvió para que esos inadaptados (algunos de ellos, los más valientes) tuvieran una vía de escape.
Se les permitía exiliarse permanentemente al Plioceno, pero con una serie de normas. Como no existían vestigios geológicos de una sociedad de esa época, no se permitiría llevar tecnología duradera, las mujeres debían de esterilizarse permanentemente y (lo más importante) no se permitía la huida a operantes metapsíquicos activos. A pesar de las normas, muchos se iban para no volver.

La historia comienza con un grupo que se conoce antes de entrar en el portal, y que serán los protagonistas de los cuatro libros de la Saga del Exilio en el Plioceno (la primera publicada... y la tercera en orden que se debe leer). Al cruzar el portal se dan cuenta de algo: la Tierra ya está habitada y dominada, y no por humanos ni ramapitecos (los homínidos de la época, según la ciencia de finales de los setenta). Sino por dos razas extraterrestres. Los Tanu (hermosos, élficos, poderosos, inteligentes y meta-psíquicamente latentes) y sus "primos" los Firvulag (enanos, feos, prolíficos, ambiciosos y operantes limitados). Los Tanu dominan y usan a los humanos exiliados, engatusando a los latentes poderosos con una semi-operancia a través de artilugios tecnológicos (y que los Tanu también usan para ser semi-operantes) y esclavizando a los latentes inferiores sin ningún  tipo de remordimiento. Los Firvulag son los Enemigos de los Tanu, siempre enfrentados a ellos en un Gran Combate, un juego mortal en el que llevan enzarzados cientos de miles de años (en realidad se les presenta como una sola especie dimórfica). Tanto tiempo llevan así que sus luchas son una verdadera Religión de Batalla, en la que todo lo no esencial para la victoria (que nunca llega) ha sido eliminado.  La música son cantos guerreros o sagas heroicas, la pintura y la escultura sólo representan la grandiosidad de los Combates. La orfebrería se plasma en armas y armaduras doradas. La filosofía desaparece y el resto de ramas del conocimiento sólo sirven para hacer más grandes y portentosos los Combates. La tecnología es abundante, pero se ha perdido la capacidad de innovación y la ciencia se ha convertido en arcana costumbre... hasta la llegada de los humanos, claro.

El Gran Combate.

Y así continúa hasta que llega el grupo protagonista, dispuesto a eliminar el dominio Tanu, o reemplazarlo por uno Humano, o escapar de la influencia extraterrestre hacia el último rincón libre del planeta, o acabar con todo en un mega-cataclismo. Depende del protagonista en cuestión.

Las novelas enganchan, aunque tienen un ritmo diferente que parece que va decayendo desde el primer tomo hasta el cuarto, en el que de nuevo asciende trepidantemente. Julian May integra muy bien lo que se sabía (en los ochenta) de los acontecimientos (geológicos y biológicos) de la época con sus propias invenciones, sin que en ningún momento las "tenga que meter con calzador". No voy a hacer spoiler (que mucha gente lo odia), pero sí diré que, desde los grandes detalles  verídicos hasta los más mínimos inventados, todos encajan bien. Y, sobre todo, encaja bastante bien con lo que escribiría después (y que hay que leer primero), cosa que muchas veces no sucede con otras sagas.
Pero no sólo eso. También hace reflexionar sobre el pasado y el futuro de la especie humana. No desde un punto de vista científico, claro (esto es ficción), pero sí desde un punto de vista literario, filosófico, metafísico... e incluso meta-psíquico...

Hay un tema que me gustaría comentar, y es el diferente estilo de las tres sagas.
  • La Saga de la Intervención es una saga más de intrigas familiares, casi hablamos de "dinastías", de imperios en la sombra, una concatenación de hechos históricos (trata el intervalo temporal ente 1945 y 2003) muy acorde con la época en la que fueron escritos (el Bloque Soviético todavía no había caído... ni tenía pinta de caer). Habla de un futuro de esperanza y de un futuro de oscuridad.
  • La Saga del Medio Galáctico trata más sobre enfrentamientos entre diferentes creencias y políticas, no solo entre facciones humanas, sino también entre facciones alienígenas. Porque aquí May consigue transmitir muy bien los puntos de vista y comportamientos de las mentes no humanas. Trata sobre rebeldía y sobre la invención de la guerra en una sociedad totalmente pacifista. Habla de la evolución social y biológica del ser humano.
  • La Saga del Exilio en el Plioceno habla de supervivencia, de confusión y de descubrimiento. Es una historia de aventuras ucrónicas. De un "nosotros" (humanos) contra "ellos" (no-humanos). Habla de la tensión, del exotismo. Un "esto me es familiar pero no me encaja". Un final "ahora entiendo por qué". Ah... y es mi favorita.
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Presupuesto para la Ciencia española: CERO

¿Vives entre barras o entre estrellas?

Me levanto tranquilamente, me hago el desayuno y le preparo la comida a mi querida Oscura Majestad.
Me siento frente al ordenador con mi café con leche a leer la prensa para enterarme de las cosas que pasan.
Y pasa esto.
Ya está, ya lo han hecho.
Cadenas a la libre circulación de información. Amparándose en la lucha contra la piratería, sin duda un gran problema para las empresas multinacionales que se lucran de mala manera con el trabajo intelectual de otros, a los que pagan una miseria, el FBI ha cerrado uno de los principales servidores de almacenamiento de datos: Megaupload. Sí, el mismo Megaupload, junto con su portal hermano Megavideo (a ver ahora cuánto tardan en chapar Youtube...).


¿De verdad pensáis, personas que vivís vuestras vidas con tranquilidad, que esto no importa? ¿De verdad pensáis que el acceso a la información debería estar vedado? Porque eso es lo que están haciendo. Y lo que están consiguiendo.
La mayor herramienta diseñada jamás capaz de traer la igualdad a todo el mundo, de llevar la información que se intenta ocultar, de luchar contra la ignorancia... ¿¡y os parece normal que le echen candados cada dos por tres!?


Internet debe ser libre. Libre de mentirosos, de estafadores, de políticos, de hijos de puta que, después de todo, no quieren hacer otra cosa que encadenar la voluntad de nuestros hijos ahora y siempre.
No se trata, por favor, de luchar por conseguir bajarte las últimas películas o las discografías más modernas. No, joder, no se trata de eso. O de que muchísima gente como yo tuviéramos ahí almacenados contenidos de nuestra propiedad y que ahora se han perdido... o hayan pasado a estar controlados por un gobierno totalitario. Por favor, depertad y ved más allá de las florecitas y lucecitas que ponen ante vuestros sentidos para ocultar la soberana mierda putrefacta que os están haciendo tragar.
Se tata de luchar por la libertad de información, por la libertad de hablar, de decir lo que nos dé la gana y con quien nos dé la gana. De saber, de conocer, de intercambiar opiniones, valores, información, verdades. Se trata de una auténtica y demoledora globalización global, valga la tontería, en contraposición a la usamericanización mercantil que nos quieren (que nos dejamos) imponer. Que están consiguiendo imponer, vaya.

Y, nuevamente: el Dinero y el Control de Masas se imponen sobre la Libertad.
Vosotros... ¿vivís entre Barras o entre Estrellas?


El gran Nach vuelve de nuevo para echarme una mano.

Editado a las 11:02: navegando por ahí he visto este vídeo musical sobre el acontecimiento. Por lo menos me ha arrancado una sonrisa. Por favor, dedicadle 72 minutos de silencio a la memoria de otra lápida sobre la tumba de la Libertad.

No es buena... pero es pegadiza.
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