Va para ti, pusilánime

Uno de los motores que rigen el comportamiento humano es el miedo. El miedo al "qué dirán".

Los seres humanos siempre temen que otro ser humano les haga daño. Puede ser temor a que les maten o incluso a que les hieran. Y, entre todas las armas a disposición del ser humano, la más mortífera es la palabra. La palabra puede servir como cuchillo en la oscuridad o como arma de destrucción masiva. Una palabra puede destrozar tu vida, una palabra puede cambiar tu visión del mundo, una palabra puede sumergirte en la más abyecta ignominia. Y, ante eso, el ser humano se defiende. Tal vez con palabras, tal vez con hechos. Da igual.

El ser humano, además, es pusilánime. Visto en términos etológicos, como diría la bióloga Jezabel, es un simple mecanismo de supervivencia. Un animal no es cobarde, o valiente, o posee sentido de la ética. Como animal, el ser humano sólo intenta sobrevivir y medrar. Pero el ser humano forma parte de una sociedad, tiene capacidad de abstracción y sentido de la moral. Así que me voy a salir del campo de la biología para entrar en el de la psicología o en el de la sociología (yo es que lo mismo valgo para un roto que para un descosido).

Cuando un ser humano se relaciona con otro seres humanos, su cobardía entra en acción. El miedo hace que se retraiga ante cualquier signo de acercamiento, ya que dejar entrar a alguien en su espacio lo hace más vulnerable. El miedo hace que elabore complicadas estructuras fantasiosas en su mente para explicar un suceso, ya sea posible, efectivo o incluso imaginario. El miedo hace que ataque antes de sufrir él mismo un daño. Juntando estas tres reacciones (y más, pero no me voy a extender por ese lado) el ser humano se convierte en un ser peligroso para los demás y para sí mismo. Un ser armado con la palabra. Así, el ser humano murmura a espaldas de otros, socava la imagen que de ellos tienen los demás, diseña estrategias de ataque encubierto contra el resto. Todo como mecanismo de defensa. Lo que no se da cuenta es de que esos ataques que realiza, la mayor parte de las veces, están minando su propia defensa. Cuando un ser humano sufre una merma ante los demás, automática e inicialmente piensa que ha sido intencionada. Las más de las veces ni siquiera pasa por su cabeza si este hecho ha sido en parte culpa suya. Los más maduros acaban Dándose Cuenta de que esa violencia que dicta su comportamiento y ese castillo en las nubes que se han montado, no son sanos ni para él ni para los demás (pero sobre todo para él). Actúan con valentía, pasando por encima del "qué dirán" y enfrentándose directamente, abriéndose, arreglando las cosas. Son pocos, pero alguno hay. El resto, totalmente ciegos a las consecuencias de sus actos, a las mentiras que se cuentan ellos mismos, al vivir en una ilusión propia y ajena a la realidad, ven satisfechas sus pequeñas mezquindades sin enterarse de que solo se atacan a sí mismos, de que ellos son su propia merma. Son unos pusilánimes que dejan que el miedo y los espejismos que ellos mismos diseñan rijan sus vidas.

¿A qué viene todo esto? A que muchas personas que conozco me toman por gilipollas. Esto es, que no me doy cuenta de lo que sucede a mi alrededor. A eso, decir que mi capacidad de empatía está bastante bien desarrollada y soy capaz de establecer con muy buena exactitud los comportamientos de los que me rodean (en ocasiones, en pocas, me equivoco. Después de todo, soy humano). Es más: me entero de muchas cosas "ocultas". La mayor parte de las veces acabo sabiendo lo que la gente de verdad piensa de mí. No lo que me dicen, no, sino lo que se callan. Va para ésos, para los que se montan películas en su cabeza en las que yo soy la despreciable presa y ellos el honorable paladín justiciero, para los falsos que piensan que estoy en Babia y no caigo en sus tejemanejes, para los que piensan que el que yo sea una buena persona es equivalente a que me puedan torear sin que me entere. Para los pusilánimes que prefieren vivir en la Luna de Valencia, muy contentos dentro de sus castillitos de nubes y que me atacan creyendo que yo no me doy cuenta.

Una apreciación: quedáis como el culo. Ante mí y ante los demás.
Un consejo: si tenéis algo que decir de mí, me lo decís a la cara. Si tenéis intención de arreglar algo, sed valientes, salid de vuestras madrigueras fantasiosas y hablad conmigo. Tal vez entonces vuelva a consideraros personas.

Editado: y alguien se preguntará que por qué no lo hago yo. ¿Por qué no soy yo el que inicia ese acercamiento? Pues por una serie de razones: 1- en varias ocasiones he intentando tender un puente, incluso a veces lo he cruzado en su totalidad para ir a buscarles, y ha dado igual; 2- esta gente es tan ciega y presuntuosa que piensa que ellos no han hecho nada ni tienen culpa de nada; 3- me he cansado de intentar dialogar con ellos, es como hablarle a una pared; 4- yo ya hice mi parte y se me ignoró, así que si quieren madurar el paso lo deben dar ellos. Si es que tienen interés en madurar.

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Orgullo Friki

Hoy es 25 de Mayo.
Hoy es el Día del Orgullo Friki.
Felicidades a todos, sean del género o especie que sean, estén en este universo, en un mundo imaginario o en una realidad alternativa.


Everything's better... with pirates.

Editado: no he encontrado la serie completa subtitulada en inglés, sólo en italiano... Aún así, os enlazo con la primera parte, que sí tiene súbtítulos: The Gamers.

Editado: ¡¡no os olvidéis de llevar una toalla con vosotros!!.

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Sigue siendo para ti, creacionista

¿Creías que me había olvidado de ti, creacionista? Pues no, mira. Como normalmente paso de las chaladuras de los que no piensan, te había dejado un poco descolgado. Pero no te preocupes, que te traigo algo bueno, bueno, bueno de verdad.

Hace 25 años un tipo en Alemania descubrió esto:

¿Te parece la calcomanía de una rata? Pues no lo es. Se llama "Ida", es un Darwinius masillae, y es hembra. Es el fósil de un primate presentado ayer martes 19 de mayo en Nueva York. Aunque con eso no iríamos a ningún lado.

El tema, querido creacionista, es que este simpático animalillo de piedra podría convertirse en el eslabón perdido entre los dos grandes Subórdenes dentro del Orden Primates. Vamos, grosso modo entre lémures y monos. Los primeros se quedaron como estaban y los segundos surgieron de ellos después. Ahora sabemos de dónde y cuándo. Es, lo que se dice, una de nuestras conexiones con el resto de mamíferos. Una pieza de nuestra historia evolutiva. ¿Empiezas a temblar, creacionista?

Datado en pleno Eoceno, hace unos 45-47 millones de años, posee características comunes a lémures y a simios. En principio se pensó que efectivamente era un lémur primitivo, pero la ausencia del único canino, los dientes apiñados o el talón con garra ósea de estos animales hizo pensar que no lo era. Efectivamente, parece ser el primero de los monos. O más bien un lémur-mono. Un eslabón perdido. No me voy a extender más, porque para eso está la noticia, o el resumen de Siespierre.

¿Cuántos eslabones más necesitas, creacionista?



Editado: en Los monos también curan, un comentarista ha dejado tres enlaces muy interesantes (éste, éste y éste). Hay que señalar que se debe diferenciar entre lo que dice la Ciencia y lo que dicen los Medios de Comunicación. Soy de la opinión de que en ocasiones hay que ir dando los datos de poco en poco, para que al público le dé tiempo a digerirlos. Pero también hay que señalar que no hay que confundir las falsedades sensacionalistas con las teorías científicas. Y, la verdad, las noticias sobre este fósil han sido sobre todo sensacionalistas y poco rigurosas. De todas formas, considero el descubrimiento del Darwinius masillae un hecho muy importante. Encontrar fósiles transicionales da mucha luz al Árbol de la Vida.

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Jodido

Llevo toda la semana jodido de la pierna izquierda. De la rodilla, para ser exactos. La semana pasada me dijo el traumatólogo que tenía condromalacia. Me encantan estos "palabros" (aunque no tengo ganas hoy de desbarrar sobre etimología).

El tema es que si permanezco echado más de un par de horas, o incluso sentado dependiendo en qué postura, empieza a dolerme una barbaridad. Las noches son un infierno, y llevo tres días casi sin pegar ojo. Cuando estoy de pie y ando no me duele casi nada. Supongo que es porque la presión alivia el dolor. Pero vete a saber. Mi idea de anatomía es la misma que de arte hitita. Sé que existe y poco más.

Pero esto no viene de ahora, no. Llevo con este dolor 7 u 8 meses (no sé qué sería de mi sin el ibuprofeno). Al final ya me decidí por ir al traumatólogo, pero la verdad es que debiera haber ido antes. Vago que es uno hasta para eso. Fui con radiogafías y tal (que vaya trabajito para hacérmelas: algunas posiciones me causaban un dolor muy punzante en la rodilla). En una de ellas se veía la rótula izquierda desplazada casi 3 centímetros.

Si es que tengo el cuerpo hecho una mierda.

Y todo por estar gordo, claro. Y por no hacer ejercicio más o menos moderado y hacer de la gula una forma de vivir. Porque ni he tenido un trauma realmente grave en la rodilla, ni el pie deformado ni juego al rugby. Y creo que en mi familia somos más o menos normales anatómicamente hablando. Pero de todas formas, es lógico pensar que una articulación "diseñada" en mi caso para aguantar más o menos el peso de unos 60-65 kilogramos de masa, bajo 100 no se encuentre muy a gusto. Existan o no otras circunstancias.

Me ha citado, el traumatólogo, para el mes que viene, a ver cómo avanzo (chiste fácil). Entre tanto me ha recetado unas cápsulas de precursores de cartílago. Unos regeneradores del tejido cartilaginoso. Mi madre, que es médica de atención primaria desde hace 30 años, me dijo después que me haría el mismo efecto comer la ternilla de los huesos de pollo. Porque parece que, si bien no se ha demostrado su inutilidad, tampoco se ha demostrado que sirva para algo. No sé, algo al estilo de "de lo que se come se cría".

Mmm. Voy a por un plátano...

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Tierra Serena XIV

Daba vueltas en la cama. Las sábanas se le antojaban demasiado frías, aunque sabía que eran las mismas en las que dormía noche tras noche. El duque se retorcía, fastidiado. No soportaba ser incapaz de determinar la naturaleza de su malestar y, sobre todo, era incapaz de tolerar el no poder controlarlo. Aunque, si se ponía a pensarlo, sincerándose consigo mismo… Sí. Sabía lo que le ocurría.
Demasiado bien lo sabía. La deseaba. Deseaba el cuerpo blanco temblando trémulamente, su voz dulce suspirando su nombre, el calor suave que emanaba de la blanca extensión de alabastro que era su piel. Deseaab besarla, morderla, devorarla por completo, poseerla, ahogarse en su mirada. Era dolorosa la intensidad de su deseo. Era tal, que le costaba no salir de su dormitorio e ir a buscarla inmediatamente. Pero él no hacía esas cosas, se decía a sí mismo. Él era calmado, sutil, discreto. Él no sentía pasiones devoradoras, era una mente fría y un más frío corazón, ¿no era así? Sólo deseaba el cuerpo, ¿qué más dará que sea suyo? "¿Acaso no hay docenas, qué digo docenas, centenares de mujeres tan hermosas como ella, y aún más, dispuestas a compartir sus noches?" Entonces, ¿por qué se empeñaba en ésta? ¿Por qué se obsesionaba? Podría conseguir a cualquiera… incluso, podría conseguirla a ella, podría violarla y nadie le diría nada, no habría represalias ni venganzas. Pero no. No era eso lo que quería.
No era eso.
Dioses. Se sentía como un niño pequeño, deseando, necesitando, añorando algo con todas sus fuerzas e incapaz de conseguirlo, frustrado, furioso, desconcertado. Quería… ¿qué era lo que quería?
Trató de relajarse. Demonios del abismo, esto no era propio de él. Su respiración se normalizó. Se puso en pie y caminó, desnudo, por la sala, hasta la chimenea. Buscó vino, bebió la copa de un trago y volvió a llenarla. Las llamas de la hoguera se avivaron, percibiendo su presencia. De nuevo, vació la copa de un solo trago y la lanzó lejos de sí.

Eli-zabad dormía plácidamente, un sueño sin interrupciones. Una ráfaga helada cruzó su dormitorio, oxigenando las brasas de la chimenea y reavivándolas.

Tal vez fuera mera fuerza de costumbre, de salirse siempre con la suya. Tal vez fuera el ansia de culminar su deseo y verse plácidamente satisfecho, libre ya de la obsesión. Entonó los guturales sonidos y cerró los ojos, con una perversa y ávida sonrisa en los labios.

La sábana resbaló hasta el suelo. Unas manos invisibles la despojaron del camisón. Eli-zabad seguía dormida, respirando con normalidad, pero el frío súbito la hizo estremecer.

El duque sintió la suave piel del tobillo de Eli-zabad en sus labios y entreabrió la boca para saborearla, deslizando las manos, aferrando el intangible pero mágicamente sentido muslo de la mujer.

Unas manos invisibles treparon y avanzaron por su pierna izquierda. Eli-zabad respiró con calma y sonrió en sueños al notar el familiar tacto.

Sintió el escalofrío de placer y la codiciada sensación de triunfo cuando respiró el calor de su sexo desnudo, apoyando en él los labios.

Eli-zabad despertó súbitamente, asustada, y miró a su alrededor. Estaba sola. Estaba sola, y sin embargo… observó su desnudez y rápidamente se cubrió con las sábanas. Estaba sola.
No pudo volver a dormir en toda la noche.

El hechicero abrió los ojos y despertó de su trance. Maldijo por lo bajo, notando su frustración aumentar por momentos. Golpeó la pared para descargar su ira y volvió al lecho. Esa mujer era un problema, un problema a solucionar. Rápidamente se vistió, terminó el resto de la botella de vino –cosecha de hacía ocho años, de las mejores viñas del este del condado– y se sentó en frente de dos grandes tomos arcanos. Casi inmediatamente su retorcida mente empezó a trazar planes, líneas de comportamiento, caminos que los demás seguirían, caminos trazados por él. Sonriendo con maldad, anticipándose a su triunfo.
Mientras tanto, la cosquilleante sensación de la piel de ella permanecía bajo las yemas de sus dedos.

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¡No estoy solo!

Os reíais de mí. Creíais que estaba loco. Pero no, señores míos, no. He encontrado a otro.

Pero será mejor que os ponga en antecedentes.
Para guardar las confidencialidades de los implicados, voy a utilizar pseudónimos al más puro estilo Barbija.

Yo suelo tomar café a media mañana en un bar cerca de la JCyL. Bueno, más que un bar, en realidad es un zoológico. O incluso un circo. El café es bueno y no cuesta mucho, pero en realidad yo creo que voy a ver a la clientela. O incluso a los trabajadores, que es que son peculiares como ellos mismos.
Bien. Para empezar tenemos a la cocinera, La Mujer Barbuda, llamada así porque tiene un mostacho bien tupidito. La señora ésta cocina genial (alguna que otra vez he tenido que quedarme a comer, sobre todo cuando tenía las clases teóricas del Máster). Es una asturiana cincuentona con un acentazo increíble. Es famosa por su frase: "Hay lentejes, ¡te las comes y no las dejes!" exclamada a voz en grito cada vez que algún habitual se queja de la repetición del plato. La verdad es que le quedan de puta madre...
Tenemos después al camarero principal. Yo le llamo Dicharachero Manolo Pecho Lobo. Este tío de unos 40 años no se calla ni a la de tres. Es majísimo, pero habla y habla y habla. Y de cualquier tema, desde cualquier postura y con quien sea. Anda que no hemos tenido discusiones él y yo sobre el sistema educativo español, o sobre la contaminación, o sobre el fútbol, o sobre la mierda de Operación Triunfo. Lo de "pecho lobo" viene de que, pese a ir impecable con pantalón negro y camisa blanca (como buen camarero), lleva desabrochados los dos primeros botones de ésta última. No tiene pelo en el pecho apenas, pero lleva toda una enoooorme colección de cadenas de oro con santos y vírgenes y tal.
Después está la camarera Tía Buena y Maja. La pobre se pasa el día aguantando gilipolleces de los viejunos, que es que la verdad que es guapísima. Siempre tiene un comentario amable e incluso te pone una chocolatina con el café.
Por último está la camarera Tía Borde pero Eficiente. Es más seca que un palo y siempre contesta borderías, incluso cuando la dices buenos días. Pero su velocidad al servir los pedidos cuando en el bar hay no menos de 20 personas es para fliparlo. Nunca se equivoca y sabe exactamente cómo le gusta cada cosa a todos los habituales, que somos legión, sin preguntarles. Incluido yo. Café de desayuno, cargadito y templadín.

El tema es que el otro día conocí a uno de los habituales, al cual no había visto antes porque parece que suele ir en otra franja horaria. Era un hombre mayor, de unos 60-70 años. Todo trajeado, pero con el típico traje de color crema a cuadritos, zapatos blancos y clavel en el ojal. Le faltaba el sombrero y el bastón con cabeza de plata. Bueno, pues resulta que no había sitio en las mesas, así que estaba yo en la barra, tomándome mi café, cuando el tipo éste se pone a mi lado. Y le oigo mascullar. Mascullar sobre cualquier cosa. Leyendo los letreros de la tele (que estaba sin sonido), leyendo los paquetes de azúcar, criticando a Zapatero, critiacando a Rajoy, recordándose comprar el pan una y otra vez, murmurando sobre la camisa de DMPL...
Está claro que el tío debía estar algo sonado. Luego me lo confirmó el propio DMPL, que parece que el hombrico aquél estaba loco, pero loco amigable y no peligroso, vamos. Bueno, pues resulta que estaba sonando en la radio del bar, que siempre tienen puesta, la cadema M80 (otra razón para ir: la música es buena, por lo menos cuando yo voy). El tipo éste, entre murmuración y farfullo, se pone a tararear las canciones y a opinar sobre los artistas. Insisto: tiene 60 o 70 años, y la música era de las décadas de los setenta, ochenta y noventa.
Pues lo grande viene cuando, de repente, empieza a sonar "La Fauna", de Rosendo Mercado. Yo encantado, como os podéis imaginar.
Y el buen hombre se pone a cantarla. ¡Se la sabía entera! Y le oigo decir, perfectamente claro porque estaba a mi lado: "teníamos a Lope y a Quevedo, pero se murieron. Por suerte todavía nos queda Rosendo. Qué letras, qué guitarra. ¡Este tío es Dios hecho carne!"

Así que ya sabéis. Si he encontrado a otro, es que somos más de lo que parece. Temblad, pues pronto entronizaremos al Verdadero y Único. Y todos los que os reíais de mí temblaréis.

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Incredible surround

Hacía tiempo que no me reía tanto tanto (tanto) y tan fuerte.

Ayer me pasó un enlace un colega del Máster. Se trata de un videojuego dentro del youtube. Para todos aquéllos que disfrutan de las aventuras gráficas o los juegos de rol y les gusta reírse de sí mismos...

¡Tacháaaaan!

Aquí está el Tube-Adventures 2 (El Noruego Primigenio)


A ver, yo hago así (golpe al suelo) y me vienen 5000 hombres.
Pero hombres, no mierdas...

¡Uahhhhh! ¡Ahh, uahhhh!

Puedo ser muy simple y hacerme gracia cualquier gilipollez. Pero si Jezabel se ha partido el culo de modo escandaloso, es que tiene que hacer gracia de verdad.

Para jugar deberíais hacerlo mejor desde el enlace de youtube, porque las decisiones que toméis os llevarán a diferentes vídeos subidos a dicha página. Así no se os abrirán pestañas de más en el explorador (y tardarán menos en cargar).

Editado: hay varios finales, y varios modos de pasarse el jueguecito. ¡Pero tened cuidado, o el futuro será aún más oscuro de lo que podáis imaginar!

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Tierra Serena: Geografía

Hace un tiempo obtuve el Campaign Cartographer 3. Es un programa muy chulo, de tipo CAD, que permite hacer mapas de estilo fantástico. Ideal para roleros, escritores de fantasía y/o ciencia ficción y demás tipos raros que abundan por ahí.

Cuando Jez y yo empezamos a escribir sobre Tierra Serena, diseñé lo que podría llamarse un embrión de la situación del mundo en que transcurre la historia, del Ducado de Raven y alrededores. Soy de la opinión de que es necesario conocer el dónde para entender bien el porqué y el cómo. A eso me dedico, a hacer mapas y trabajar con información geográfica para obtener nueva información cartográfica. El día que incluso me paguen por ello...

Una vez conseguido el programa (que parece que es el que usan los que hacen libros de rol y los que ilustran sus novelas de fantasía), les propuse a las Alimañas Cósmicas ilustrar la geografía de su Putomundo. Ellas encantadas, claro. Para empezar y cogerle el tranquillo al programa, empecé con la idea del Ducado de Raven de mi querida Tierra Serena.

Éste es el resultado, aunque pido disculpas por anticipado debido a la calidad de la imagen (os aseguro que el original es mucho mejor). Es lo que tiene usar formatos y tamaños acordes con la velocidad en internés.

Pinchar la imagen para agrandar...

El Ducado de Raven, un señorío de escasa extensión dentro del Imperio, se encuentra situado en la pequeña cuenca del río Raven, entre la Cordillera de la Forca y el Espinazo Negro. La cuenca tiene un clima templado pese a su situación de medianamente alta latitud. La existencia del pantanoso Marjal de Raven da prueba de ello, así como sus ricos campos de labranza. Es un territorio poco extenso, pero lleno de peculiaridades. El Monte de Sangre, un volcán activo que cada poco tiempo lanza al exterior las entrañas de la tierra, y la fisura volcánica que va abriendo poco a poco la Bahía de la Sangre, convierten en inhabitable la zona colindante. Al noroeste, en plena Cordillera de La Forca, habita uno de los últimos dragones negros: Hercalexes, el Deflagrador. Muy cerca está el Templo de Horn, dedicado a una oscura deidad y cuyos sacerdotes de más oscura reputación viven en el secretismo y la leyenda. Casi nadie se atreve a cruzar el río Ligely, por lo que pueda pasar...

Al este, el Ducado da al Mar Cerrado. A los grandes puertos de Vilandra y Ferroth llegan multitud de barcos con preciadas mercancías de lejanos lugares.
Al norte, al otro lado de La Forca, se encuentra el Ducado de Varkkia, hogar de la Casa Varkko, "aliados" políticos (la mayor parte del tiempo) de la Casa Raven dentro de la compleja trama de Casas del Imperio.
Al oeste, haciendo frontera el Lago Raven y la unión de las dos grandes cordilleras, está el extensísimo territorio de la Corona de Avernum. La Casa de Avernarium es una de las principales dentro de la Corte Imperial, de muy rancio abolengo, y tiende a comportarse de modo condescendiente con los representantes de Raven.
Al sur, al otro lado del Espinazo Negro, está el Señorío de Renn. Actualmente enemigos declarados de la Casa Raven, aunque en tiempos fueron territorios amigos. A decir de los ravenses, los rennianos son cortos de miras, siempre embutidos en sus trajes de metal. Por el contrario, los caballeros de Renn opinan que en Raven son todos como el cuervo de su blasón: oscuros, oportunistas y leales sólo a sus propios intereses.

La riqueza y poder del Ducado se encuentran en los ricos yacimientos de metales preciosos y gemas del Espinazo Negro; en el hecho de que el río Raven es navegable desde el Lago Raven hasta el Mar Cerrado y es la vía de comunicación comercial más rápida entre el interior del continente y la costa; y en la famosa Torre de la Hechicería, situada en la Villa de Raven, un referente en todo el Imperio por ser la primera institución que aglutinó diversas comunidades de magos y hechiceros para una mejor comprensión del Arte. Por estos hechos se considera a Raven una de las Grandes Casas, a pesar de que su historia no tiene más de 200 años y no tuvo orígenes nobles, sino burgueses.

La capital del Ducado es la Villa de Raven, hogar tradicional de la Casa y sede del Castillo Raven y de la Torre de la Hechicería. Su población humana no es muy elevada, pero sí la de córvidos. En esta zona abundan los negros y enormes cuervos que dan nombre al Ducado, a la Casa y a la Villa. La población del territorio se concentra en la costa, en las ciudades de Vilandra y Ferroth, destinos comerciales y paso obligado de la mayor parte de mercancías que entran y salen del interior del continente, cuya andadura dentro del Ducado se inicia en la población de Hark del Lago, a orillas del Lago Raven. La comunicación entre Vilandra y Ferroth es tal, que en el cruce de caminos entre una y otra ha surgido una zona de encuentro para el descanso de las caravanas y los transportes fluviales, un conjunto de posadas, mercados y punto de reunión de gente de todos tipo llamada El Cruce. Las poblaciones del norte, meras aldeas en realidad, subsisten a base de la agricultura y la tala de madera. Por el contrario, en el sur se encuentra Selinon, una rica y populosa villa minera de donde parten los recursos minerales y metalíferos del Ducado, y a la que llegan las mercancías de Renn y otros puntos del sur del continente. Los campos agrícolas del centro y sureste son tremendamente fértiles, aunque sus productos no se comercializan fuera del territorio ducal y sólo abastecen a la población del Ducado de Raven.

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Atención: pregunta

Esta es una cuestión a la que estuve dándole vueltas hará casi 5-6 años, más o menos. Me surgió antes, casi en plena adolescencia, pero no alcancé a vislumbrar de dónde venía y hacia dónde me llevaba hasta que no pasé de los veinte. Ciertos acontecimientos recientes han hecho que me vuelva a la mente. A veces es bueno repasar lo que crees saber.

¿Puede ser alguien realmente generoso, bondadoso, paciente, comprensivo (y un largo etcétera al que se le suele denominar "ser buena persona") si espera que al final se le premie por ese comportamiento?

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Desde el fin del engañabobos, hasta lo absurdo

No me he podido resistir. Esta tarde, a la hora de comer, puse la tele y salieron dos noticias que me han sorprendido muchísimo:
Por una parte, la primera noticia me ha alegrado. Este tipo, conocido en el mundo entero por medirse la tensión como un loco, ha estado haciendo de "sanador curalotodo" durante 12 años en su programa "Saber Vivir". Pero cuya carrera de engaños empezó sobre los años setenta. Vendiendo remedios y haciéndose rodear de supuestos "especialistas médicos". Entrando en los hogares de miles de personas de baja cultura (o sin disposición para tenerla) y nula preparación médica.
¡Qué daño a hecho este hombre, por todos los dioses! Mi abuela y bastantes otras mujeres medianamente mayores (porque hay que decir que casi todo su público son mujeres, que sus maridos andan ocupadísimos en el bar tomando chatos) creen antes lo que dice este soplagaitas, este farsante, este impresentable, este... este feriante que se lucra escondiéndose detrás de su famosa frase "pero no olviden consultar con su médico". Creen antes, decía, al señor Torreiglesias que lo que los médicos les recomendaban. Mi madre (que es médico desde hace más de 30 años) lleva ni se sabe el tiempo intentando que mi abuela haga o deshaga tal o cual comportamiento. Da igual. Sólo cuando lo cuentan en "Saber Vivir"... ah, señora, entonces la cosa cambia. Debe ser verdad, si este tipo tan sonriente lo dice.
RTVE lo despide por vender y promocionar productos sin permiso de la dirección. Me alegro. Si lo hubiesen despedido por llevar calcetines blancos también me habría valido. El caso es que desapareciera de escena. El problema es que la cadena asegura que seguirá con el programa, con otro director. Eso le ha quitado alegría y alborozo a la noticia, pero algo es algo. Menos da una piedra.
A no ser que la promocione Torreiglesias, claro.

La segunda noticia ha sido como escuchar que Espinete había sido recibido por Hussein de Jordania. Me he quedado con la boca abierta por la sorpresa. Desde luego, nadie mejor que él para habar sobre corrupción política, claro. También hay que decir que entre los ponentes está Ruíz Mateos... Desde luego no hay como intentar llevar una vida reformada y tal, pero es que esto es para fliparlo. Uno de los tíos que más portadas de periódicos serios y de revistas del corazón ha protagonizado debido a sus tejemanejes políticos y criminales en los últimos tiempos.
Un tipo engominado, siempre bien vestido y con gafas de sol, sonriente y rodeado de amiguísimos... si es que parece el típico mafioso de Miami Vice, joder.
Bueno, dicen que en este universo el absurdo siempre tiende al máximo.
Pues cuánta razón tienen.

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Va para ti, "chalao"

Desde que el hombre es hombre y miró hacia el cielo preguntándose si llovería o no, multitud de credos distintos han asaeteado la sociedad humana. Ya fuera clamando a Perun, a Ahura Mazda, a Poseidón, a Shiva o a Osiris. Alguien clama por lluvias y entonces llueve, o pide que su hija sane y ésta se cura, y entonces asegura que "alguien", un poder superior, un espíritu, el cosmos o quien sea es el que ha propiciado que sus ruegos fueran escuchados y atendidos.
Esto ha sido así desde los principios del ser humano.

No voy a meterme con que el hombre hacía esto porque no comprendía la realidad que le rodeaba y no concebía su mundo sin toda suerte de poderes. En eso estamos, creo, todos más o menos de acuerdo.

La religión, como comportamiento generalizado de la sociedad humana, ha ido evolucionando con el tiempo. De creer en cientos, miles o millones de dioses (o como quiera que les llame cada uno) se pasó a adorar a uno único y verdadero. El monoteísmo no es algo "tan reciente" como se podría pensar. Akenatón ya lo intentó en el siglo XIV antes de la entrada en escena de Jesucristo, o Zaratustra entre el X y el VI a.C. (que no se sabe mucho de él), aunque su religión todavía perdura en la actualidad junto con prácticas de hasta 8000 años de antigüedad (¿sabíais que los padres de Freddy Mercury eran seguidores del zoroastrismo?). De un pueblo errante, casi incivilizado y monoteísta en su mayoría, el pueblo elegido, surgió hace unos dos milenios un tipo, hijo de padre carpintero, que aseguraba ser el único Hijo de Dios. Más tarde, en el siglo VI después de J.C., un pastor de arabia dice que aquél no era el verdadero Redentor, sino sólo uno de sus profetas.

Cada uno formó una religión de acuerdo con las costumbres de su pueblo, de su lugar de origen. Algunas de estas creencias han evolucionado con el discurrir de la Historia. Otras siguen como dogmas inamovibles desde hace cientos o miles de años (y así nos va...). Como ejemplos de lo que pueden llegar a ocasionar estas creencias, tenemos el Santo Oficio, la Yihad, las Cruzadas... ¿Decretadas por el único y verdadero Dios o por aquéllos que quieren obtener riquezas, poder y control apelando al sentimiento más antiguo del ser humano?

Pero como se puede tomar como axioma el que cada sociedad forja sus creencias de acuerdo con las peculiaridades de su momento histórico, en ocasiones surgen aberraciones realmente absurdas. Como la Cienciología. Y aquí es donde quería llegar.

Entre los años cincuenta y los ochenta del pasado siglo lo que estaba de moda era todo el tema del espacio, los misticismos extraplanetarios, los hombrecillos grises y las grandes conspiraciones estilo Nouus Ordum Mundi. Aprovechándose del ímpetu de los libros sobre psicología clínica, sobre depresiones y demás, esta secta creada por L. Ron Hubbard fue haciéndose un hueco entre los pudientes (los que se podían pagar los tratamientos psicológicos), las celebridades y los yuppies. Al final casi se podía decir que fue un movimiento de moda. "¡Hey, tronco! Que no te enteras, que yo soy cienciólogo". Haciéndose con una ingente cantidad de dinero en el proceso, claro. Eso sin contar que sus creencias son incluso más absurdas que montar una secta sobre Star Trek. No voy a hablar de ellas, que Lanarch ya lo ha hecho. Lo que sí voy a hacer es incluir los vídeos que enlaza del blog Magonia (y que hace muuuucho tiempo por el que no me pasaba. Os lo recomiendo desde ya).


- Y los cristianos creen que Jesucristo volverá. ¿Están locos?
- La mayoría.


Se han abierto multitud de procesos en su contra. ¿Y cómo se han defendido? Pues de igual forma, sólo que ellos tienen más dinero y pueden pagarse mejores vampiros. O intentando eliminar de la red todo aquello que les denosta y les ridiculiza. Pero, ¿cómo se puede montar una religión, pretendiendo ser de buena fe, si para poder salvarte tienes que pagar? Y mucho.

La libertad religiosa está muy bien. Cada uno es libre de creer en lo que le dé la gana. Y de pagar por ello. Pero las imposiciones... Y da igual de qué religión se trate. Aquí en España seguimos sufriendo el catolicismo en cualquier parte. Todo acto institucional se ve presidido por una Biblia y una Cruz. Las paredes de las aulas de los colegios públicos tienen su crucifijo. La Iglesia continúa metiéndose donde no la llaman e intentando hacer política civil desde el púlpito. Mientras, por supuesto, ellos se saltan a la torera sus directrices.

Empieza a ser hora de que el Estado sea de verdad laico y aconfesional, y no sólo de boquilla. Que se destierren de una vez todas esas absurdas creencias que constriñen al ser humano y le privan de verdadera libertad.

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¿Has visto la realidad, negacionista?

Como lo prometido es deuda, dicen, aquí continúo con la tan aclamada y esperada serie "Va para ti, negacionista" (¡sólo superada en audiencia por los leones del Serengueti! ¡Díselo a tus amigos!).

Hoy me voy a ocupar del agujero de la capa de ozono. ¿Os acordáis de los gilimemos éstos? Pues eso. Por cierto que Marcelino, en su blog, ya trató el tema. Como soy buen colega, enlazo con su entrada. Ah, ¿y cómo olvidarme de Siesp? Él también hizo su aporte. Para que no digáis...

Antes de comenzar, hay una serie de preguntas básicas:
  • ¿Qué es el ozono?
  • ¿Dónde está la capa de ozono?
  • ¿Cómo nos protege?
El ozono es una molécula algo inestable formada por tres átomos de oxígeno. En condiciones normales se encuentra en forma gaseosa, tiene un color azul y un olor característico e irritante. Se forma en presencia de energías elevadas. Por ejemplo, cuando cae un rayo a tierra o a cierta altura de la estratosfera donde la temperatura es más elevada que a ras de suelo (la temperatura como expresión de la energía cinética de las moléculas, ¿eh? Si vais en manga corta a 115 km de altura os congelaréis).

La mayor concentración a escala global de este raro gas está entre los 15 y los 50 km de altura (si hay que dar un altura única, la mayor a los 20 km), en plena estratosfera. Es muy común entender el concepto "capa de ozono" como una manta o capa continua que envuelve el planeta. No es cierto. Simplemente define un cierto intervalo de alturas dentro del cual hay una concentración de ozono más alta de lo habitual. En realidad, si cogiéramos tooodo ese ozono que va por ahí pululando, lo separáramos del resto de gases atmosféricos y lo dispusiéramos a nivel del suelo, sólo tendríamos una capa de 3 mm de espesor.

También se puede encontrar en la troposfera, como he dicho antes. En este caso se forma a través de precursores químicos, como los óxidos de nitrógeno, más energía (que es que hay menos de eso a ras de suelo). En estos casos es muy perjudicial, ya que es un oxidante muy, muy potente cuya inhalación provoca problemas raspiratorios bastante graves. Es tan oxidante que se usa en tratamientos de aguas residuales para la eliminación de materia orgánica. Hay legislación sobre ello. De hecho, en España no debe superar los 180 microgramos por metro cúbico (cumpliendo la Directiva 2002/3/CE).

Como todos sabéis, la radiación solar se puede "dividir" en varios tipos. Fuera del espectro visible, por el lado del violeta, se encuentra el ultravioleta (la denominación es clara, creo: literalmente, más allá del violeta). El UV, a su vez, se puede subdividir en tres intervalos diferentes de longitudes de onda (o tres intervalos de energía): UV-A, UV-B y UV-C. Siendo el A el de menor energía y el C el de más. La UV-A es muy necesaria. Gracias a ella las plantas fotosintetizan y los humanos nos ponemos de un moreno muy resultón. Bueno, y además es una de las vías de entrada de energía en el sistema energético terrestre (como recordaréis), pero eso no viene al caso.
Las radiaciones B y C son las que nos preocupan. Son demasiado energéticas, por así decirlo. Si llegaran libremente al suelo, la vida tal y como la conocemos no existiría.
Así, es el propio proceso de formación y destrucción del ozono el que nos protege de ellas, que digamos que "se gastan" en en el ínterin.

Bueno, pues todo esto nos lleva a que hacia los años 50 y 60 del pasado siglo, varios investigadores (entre ellos el gran James Lovelock, el de la Hipótesis de Gaia) descubrieron que la concentración de ozono estratosférico estaba disminuyendo bastante sobre el continente antártico. Parece que los clorofluorocarbonos (los CFCs), muy utilizados como refrigerantes y propelentes desde la década de los 30, en condiciones de baja presión y alta energía (o sea, en la estratosfera), servían como catalizador en el proceso de destrucción de la molécula de ozono.

La imagen explica bastante bien el proceso, aunque habría que añadir que ese radical cloro libre reacciona de nuevo y acaba juntándose con el CFCl2, volviéndose a formar el CFCl3. Si esto no pasara, no sería un catalizador químico...

Y os preguntaréis: ¿y por qué sobre la Antártida? ¿No podría pasar en cualquier otro sitio? Pues mirad, sí. Puede pasar y pasa. Pero el tema es que sobre este continente ocurre con mayor relevancia. El ser una gran masa de tierra rodeada de agua justo sobre el polo, provoca que se forme una curiosa estructura de vientos ciclónicos denominada vórtice polar. Esta formación, a grandes rasgos, hace que entren los gases en una especie de "caldera impermeable" y no puedan salir. Este hecho, junto con el de que reciban radiación solar durante seis meses seguidos al año, permite que diversas reacciones químicas se lleven a cabo. Entre otras, la que nos ocupa. También se produce en el Ártico pero, como su disposición es justo al revés (una masa de agua rodeada de tierra), el efecto es muchísimo menor.

Desde los 80, que es cuando todo este tema empezó a preocupar, se ha avanzado bastante. Con el repentino aumento de la incidencia del cáncer de piel, las autoridades estatales reaccionaron e hicieron caso a los científicos, que ya venían avisando del tema 20 años atrás. Gracias a la avalancha de pruebas científicas que hay, los CFCs son ahora anatema en el mundo desarrollado, y también se intenta que otros compuestos químicos no pasen la tropopausa. En 1987 se celebró el Protocolo de Montreal, dedicado en exclusiva a esto.

¿Lo anterior es cierto? Bueno, a medias. Si bien es cierto que globalmente se produce mucha menos cantidad de CFCs, la realidad es que hay varios compuestros CFC que se siguen fabricando. Y cada vez más. Decían los gilimemos de Intereconomía que no hay ningún problema con el ozono. Lo cierto es que el agujero no ha disminuído. Los CFCs tienen una vida activa muy muy larga (de cientos y miles de años). Esperemos que, al no seguir añadiendo más ingredientes al caldero, el agujero acabe cerrándose algo.




Con previsión y todo, oiga.


En proyección polar.

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No seas zoquete, canta en falsete

Antecedentes: acababa de salir de la ducha esta mañana y me andaba yo peinando con el cepillo del pelo, mientras me tomaba mi café con leche, rutina mañanera que tengo.

Y entonces, no sé cómo, he pensado en aquello de ser un "futuro calvo" y, así sin más, me he puesto a cantar el estribillo de esta canción:


Para darle brillo, lo peino con cepillo.

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PJs de mi vida: Adriano Corleone (IV)

Perdidos en los tiempos en que Carthago era grande. Allí se encontraban.
Era de noche y hacía frío.
Tiko miró a sus compañeros y, sin previo aviso salvo un par de lágrimas de sangre, echó a correr por el desierto. Nunca se supo más de ella.
El Barón y Adriano comenzaron a andar hacia donde el historiador suponía estaba la gran urbe mediterránea. Deprisa, pues el tiempo apremiaba y no querían que el sol les encontrase en el desierto sin ningún sitio bajo el que guarecerse.

Carthago era inmensa. Desde una cercana colina se observaban sus barrios, perfectamente delimitados, sobre los que señoreaba el lugar dedicado a los dioses. Frente al mar, su enorme puerto comercial estaba atestado y concurrido aún en aquella temprana hora pre-amanecer. Las galeras militares, que fondeaban en una sección propia y apartada del muelle civil, bogaban lentamente entre los navíos de los mercaderes.
Las entradas a la ciudad también estaban llenas de gente. Pasaron bajo una de las puertas, siendo absorbidos rápidamente por la muchedumbre. A pesar de que la indumentaria de los vampiros era extremadamente chocante para la época, nadie les dirigió más de una mirada, y si lo hacían era para bajar rápidamente los ojos y apartarse de su camino. Extraño comportamiento que más tarde entenderían.
A una indicación del florentino, ambos se dirigieron hacia los muelles. Sabía, aunque no estaba seguro de cómo, que allí encontrarían a Dhenabbi. Efectivamente, así fue. En uno de los puestos comerciales principales, el que sería Sire de Adriano organizaba a sus empleados. Los vampiros victorianos esperaron a que se encontrara solo y entonces se presentaron ante él.
La palabras que Adriano había encontrado para explicar su presencia se evaporaron cuando el fenicio le saludó por su nombre, algo molesto porque él estuviera allí. Dijo algo parecido a que ése no era el momento para encontrarse. Palabras enigmáticas pero llenas de significado cuando alguien de la Sangre de Brujah hablaba. Adriano le explicó, casi tartamudeando, la situación por la que pasaban el barón y él mismo. El fenicio descartó sus palabras. Era culpa del florentino haber llegado a parar a ese instante de la Historia y, cuando supiera cómo, sabría volver. Sin más, les indicó dónde se encontraba su residencia, les dijo que podían disponer de ella cuanto quisieran, y que en aquel momento estaba ocupado. Dándose la vuelta, prosiguió con sus numerosos quehaceres.
Por lo tanto, echaron a andar por las calles atestadas de gente, en dirección al barrio de los mercaderes, en donde Dhenabbi tenía su casa.
Entre todas aquellas personas, Adriano vio una que le llamó poderosamente la atención. Sintió casi como un tirón hacia ella. Vista desde atrás, era una joven de pelo negro y vestida con sencillez. Sin saber por qué, se acercó a ella. Cuando la miró a la cara, estuvo apunto de arrodillarse a sus pies.
Era Yzbel.
Ella se extrañó de tal comportamiento, así que Adriano le explicó quién era. Ella simplemente asintió y les indicó que les siguiera. Estaba a punto de amanecer, aunque la hija de Lasombra no parecía preocupada. En un aparte, Yzbel reconoció la espada que Adriano llevaba a la cintura y le explicó el funcionamiento de Los Hijos de los Dioses.
Al parecer, Carthago no era exactamente como el historiador creía. Sí, estaba gobenada por vampiros que se manifestaban públicamente ante los humanos. Pero en vez de concordia, lo que había era temor por los seres de la noche. Pues ellos regían sus vidas y sus muertes. Y cuando a un Hijo de los Dioses se le antojaba un humano particular, éste debía ir a él cual oveja al matadero. También le dijo que volverían a encontrarse, seductora, como siempre. Para desgracia de Adriano.

La espiral de degeneración de Adriano alcanzó su clímax en aquellos tiempos.
Sintiendo una poderosa atracción tanto hacia Yzbel como, inexplicablemente, hacia el templo de Melqart, el normalmente frío y contemplativo carácter del Hijo de Brujah comenzó a cambiar de modo espectacular. Empezó a verse más con la vampiresa. Ella le fue seduciendo poco a poco, fiel a su carácter, y Adriano, consciente de ello, se dejó hacer. No tenía más remedio.
Mientras el barón Robert de Lyonesse pasaba las noches en una fiesta sin fin llena de lujuria, gula, Sangre y sexo, Adriano comenzó a investigar el Templo. Azuzado por Yzbel, por supuesto. Y también comenzó a internarse en las oscuras aguas del pecado de la mano de su mentora. Ella, magistralmente, le fue llevando de la mano por cada uno de los Siete Pecados de Dios. Con cada ordalía, Adriano dejaba un poco más atrás las enseñanzas de su Sire. Cuando por fin pasó por la experiencia de la lujuria, dejándose hacer por la maestra Lasombra, ésta tuvo su corazón en la palma de la mano. Entonces ella le incitó a cometer el segundo más despreciable acto que jamás hiciese, sólo superado por el que poco después tendría lugar.
Yzbel, deseosa de obtener no sólo el corazón o el cuerpo de Adriano, quería también poseer su alma. Así que, bajo promesas de ser suya para siempre, le conminó al pecado. Le dijo que, para poder entregar su oscuro corazón al historiador, él debía volver el suyo aún más negro. Cuando la pasión embrujadora y los axiomas inculcados luchan, estos últimos siempre tienen las de perder.
Una noche, Adriano buscó a su maestro. Éste, a pesar de de todo, no esperaba tal desenlace. Sólo cuando las estrellas se realineron con brusquedad, comprendió. La Historia cambiaba, y cambió para Adriano cuando cometió el pecado de la Diablerie sobre su propio maestro, su Sire, el único por el que su alma aún no estaba del todo perdida. El que se lo había enseñado todo y por el que sentía un amor puro e incondicional.

La Hija de Lasombra rió. Ahora ya estaba preparado para el siguiente paso, le dijo. Debía entrar en el templo de Melqart y entregárselo. Pués aquél estaba allí, dormido, en Letargo, y ella deseaba su Sangre y su Poder. Pero para ello todavía faltaba algo. Debía seguir bajando en la espiral hasta encontrar una nueva guía. Para ello, nada mejor que conseguir entrar en el templo de Astarté y beber de aquello que no se debe beber.
Fue entonces cuando apareció Termócrates, el General Maldito de Apolo, aquél que consiguió contener a las tropas persas en la batalla de las Termópilas. Venía a ver a su antiguo amigo, Dhenabbi. Mediante engaños, Adriano le convenció de que, en cierto modo, él era ahora Dhenabbi. Con su ayuda, entró en el templo de la Diosa.
Allí encontró una estatua que representaba un ángel. Un ángel como lo representarían más tarde los cristianos. De sus ojos de piedra manaba sangre. Eso debía ser. De ahí debía beber. Se acercó a la estatua y, justo antes de llevar el líquido carmesí a su boca, una voz le previno desde atrás. "No lo hagas, papá", dijo la voz. Él se dio la vuelta. Y allí estaba: su hija adoptiva, Helena, ya adolescente, envuelta en un nimbo de luz. Boquiabierto, comprendió entonces que ella era una Despertada, una humana que podía ver más allá del Tapiz que envuelve la Realidad. Viajar entre las líneas temporales debía ser un juego para ella. "No lo hagas", repitió. "Ella no quiere tu bien, sino poseer tu alma".
"Ya la tiene", respondió Adriano. Y bebió.
En ese instante su alma se desgarró. Sintió la Bestia bullir en su interior, ansiosa por salir y manifestarse. El Abismo se abría a sus pies y él, que caminaba por el borde del precipicio se lanzó de motu propio a su oscura profundidad. Cuando emergió, le esperaba la siniestra luminosidad de Yzbel.
Nada más importaba, ahora que la tenía a ella. La tomó, feliz y desgraciado al tiempo, pues era totalmente consciente de su elección y de lo que ésta traía consigo.
"Ahora, me darás a Melqart".
Y él obedeció, internándose en las profundidades del Templo dedicado este Dios, cuya identidad todavía desconocía pero que ya empezaba a vislumbrar. Y aquello, pese a que le llenaba de repulsa, alimentaba el oscuro deseo que latía en su interior.
Con la ayuda del fiel Termócrates, se introduje en los pasadizos bajo el templo. Lucharon contra poderosos vampiros, salvaron intrincadas trampas, fueron heridos y mataron a su vez. Hasta llegar al lugar de descanso de Melqart.
Entonces lo supo. El conocimiento le llenó de terror y asco por sí mismo. Pero no importó. Adriano obedeció a la que era dueña de su alma, de su cuerpo y de su corazón. Le llevó el cuerpo en Letargo, y ni tan siquiera pestañeó cuando ella clavó sus blancos y delicados colmillos en la piel del Dios. Ni cuando su alma se rompió al finalizar el aborrecible acto que ella consumó.
Pues la Historia había vuelto a cambiar.
Brujah no había muerto por la mano de Troile.
Brujah había sido consumido por Yzbel, la Hija de Lasombra.
Y él, Adriano Corleone, había tenido la culpa.


Aquí termina la historia de Adriano Corleone. O, por lo menos, termina como PJ (sin contar una breve partida ambientada en la Sicilia Medieval que duró dos sesiones).
A partir de aquí sólo aparece como PNJ, normalmente como secundario al que puedan acudir los PJs en caso de necesidad. Es decir, como siempre pasa.
Apareció en Kosovo: La Partida, que ya os sonará de la entrada de Mashareessi. Allí era Adreas, un sabio erudito cuyo hogar se encontraba cerca de Toledo y que intentaba hallar, debido a la multiplicidad de líneas temporales, una Yzbel que no fuese malvada y a la que pudiera amar de una forma pura. Ardua tarea, desde luego. Al final los jugadores casi dependieron de él para todo. Era un tipo introvertido pero más o menos amable, y cuyo conocimiento del ocultismo les fue muy útil. Me fue muy gracioso porque, a pesar de la descripción tal cual era en la partida de Victoriana, de su nombre similar, de llevar una espada negra como la sombra al cinto, de utilizar poderes que eran claramente usos de Temporis (la disciplina de los Verdaderos Brujah), de estar obsesionado con una búsqueda enigmática... Jezabel no le reconoció hasta que no se lo dije expresamente.
También hizo sus pinitos (para mi horror, pues sabía la que se avecinaba con su aparición) recientemente en Medianoche: La Partida por Foro de Jez, que con gran pena fue finalmente cancelada. En un caserón más o menos anodino de Edimburgo, Adriano seguía con su imposible búsqueda. Y, como no podía ser de otra manera, lo hacía cerca de donde sabía que se hallaría prontamente Yzbel. Pues no podía evitar la necesidad de estar cerca de su oscuro y tormentoso objeto de deseo. Sí, Barbija. Allí era el "Señor Uridito", como le llamaba Nena con cariño. La inocencia de la pequeña y encantadora Gangrel le recordaba al torturado Vástago a su hija Helena. Y allí, pues, esperaba la aparición de la Dama Delirea, la Delirea-Sephira-Yzbel. Entended por qué temía su inclusión: sabía que aparecería Yzbel. Y me asustaba que ese momento llegara, a pesar de que tuve que ser buen jugador e ignorar su... letal peligrosidad.
Pero donde más ha aparecido, y en donde he podido darle el toque final que quise a su trágica historia, ha sido en la partida de Demonio: La Caída, que he dirigido a Jezabel en solitario (y que los habituales de su blog recordaréis de aquí). Necesitada de tropas, Megan O'Neil recibe la llamada de un Demonio de la Casa de la Naturaleza. A su vez, éste le pone en contacto con un grupo de seres sobrenaturales que vigilan que nada ni nadie se aproveche de la Humanidad. Gracias a él conoce a Adriano, quien viaja en compañía de Termócrates y de otro Vástago de la Sangre de Saulot. El Verdadero Brujah por fin ha abandonado su búsqueda. Pues la encontró. En un ramal secundario de las muchas líneas temporales existentes en el continuum, consiguió hallar una Yzbel pura y sin maldad. Por mero despecho, el propio Lasombra la mató delante de un horrorizado Adriano. En el momento de la partida, simplemente esperaba pagar sus pecados y después hacerse matar para acabar con el sufrimiento que padecía. Incluso la propia Jezabel me confesó: "Joder, pues sí que le destrocé... ¡Pobrecillo!". A pesar de la cruenta batalla por la salvación de la Humanidad, Adriano no consigue morir. Mientras escribo esta entrada, Megan O´Neil (Querubín de la Llama de la Esperanza hasta el final) intenta con todas sus fuerzas encontrar un final feliz para Adriano, ayudada por un Demonio de la Casa de la Muerte y el último Mago de los Ahl-i-Batin. ¿Lo conseguirán? Los dados hablarán cuando llegue la hora.

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